El baño es uno de los lugares donde mayor bacterias y microorganismos hay en casa. Todos procuramos mantener nuestro hogar limpio, desinfectando cada rincón, pero aunque no lo sepamos, el baño es el lugar donde, aunque limpiemos, siempre estaremos expuestos a microorganismos.
Por todo lo antes expuesto, mantener el baño limpio es sinónimo de buena salud. Esto debido a que en el baño es donde se eliminan los desechos fisiológicos y al mismo tiempo, es donde se realizan las labores de higiene personal.
Aunque parezca una incongruencia, nos higienizamos en el mismo lugar donde hacemos las necesidades fisiológicas, acarreando esto un gran nivel de contaminación, que aunque no la vemos, está presente.
Baño y sus rincones
El baño es uno de los lugares de casa donde hay mayores puntos de agua. Esto hace que este espacio, generalmente de tamaño medio a pequeño, se concentre gran cantidad de moho, humedad y bacterias.
Existen muchos tipos de hongos, y estos suelen estar en lugares húmedos, con poca luz y se desarrollan en diferentes sustratos. En el baño solemos verlos en los quicios de la bañera, e incluso lavamanos o ventanas, si no se le da la limpieza adecuada.
Las ventanas son muy importantes en los baños, ya que por ellas se le dará una ventilación adecuada al curto de baño. Están debería estar dispuestas de manera que les de varias horas de luz solar al día. De este modo, los rayos del sol eliminarán cualquier rastro de humedad que haya quedado después de la ducha.
No hace falta decir que el inodoro es el principal foco de crecimiento de bacterias. Lo ideal para mantener un baño limpio, o al menos con la menor cantidad de bacterias, se debe descargar el tanque del mismo con la tapa del inodoro cerrada. Esto evitará en gran medida que durante el proceso de descarga del agua, las bacterias que se propagan es este “aerosol”, las cuales pueden alcanzar los 4 metros, no se esparzan por toda el área.
El área del lavamanos es otro punto vulnerable. Solemos tener nuestro cepillo de diente al lado de las llaves del lavamanos. Y aunque creamos que nuestro cepillo de dientes está alejado del inodoro, y está limpio, no es así.
Como dijimos anteriormente, las bacterias pueden viajar por el aire, y depositarse en las cerdas de nuestro cepillo de dientes. Para evitar esto, los expertos recomiendan guardar el celillo de dientes con un protector, de manera que no esté expuesto al aire directo del baño. Mejor aún si se guarda en una gaveta o cajón. De este modo lo preservaremos de agentes infecciosos que irán directo apara a nuestra boca.
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