La castración animal puede ayudar a tu perro más de lo que crees

La castración animal actualmente es considerada como un método ético y eficaz que trae beneficios a las mascotas y a sus dueños en general.

Como muestra, el ultimo martes de febrero se celebra el Dia Mundial de la Esterilización de las Mascotas, promovido por la Human Society Veterinary Medical Association desde 1995. La celebración de ese día tiene como propósito sensibilizar a los dueños sobre la importancia de estas intervenciones quirúrgicas para prevenir futuros problemas de salud a sus mascotas.

En adición, la castración animal también es un procedimiento que disminuye el riesgo de abandono de muchos animales, entre ellos los perros.

El motivo radica en que ayuda a mantener un manejo con respecto a la reproducción y, por lo tanto, el nacimiento de crías indeseadas.

Sin embargo, no es una decisión que deba ser tomada al azar, como recalca la doctora Paula Carancci, secretaria de Extensión de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires (UBA), en una entrevista con Infobae.

Según la doctora, cada animal es único, y los dueños, como tutores responsables “debemos velar por su salud de manera integral”.

Por eso enfatiza que es necesario “hablar con el veterinario de cabecera para despejar todas las dudas y así poder tomar en conjunto la decisión más acertada para ese animal en particular”.

¿En qué consiste la castración animal?

Este es un procedimiento quirúrgico, en el cual se extirpan las glándulas sexuales de la mascota, es decir, los testículos en los machos y los ovarios en las hembras.

El resultado es la eliminación del comportamiento sexual del animal, así como sus repercusiones, como el celo en las hembras y los comportamientos agresivos en los machos.

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Diferencias entre castración y esterilización

Tanto el término “castración” y “esterilización” representan dos conceptos completamente distintos. La castración significa la completa eliminación del aparato reproductor del animal, mediante la extirpación del órgano sexual. Por otro lado, la esterilización consiste solamente en la eliminación de las trompas del útero en las hembras y el conducto deferente en los machos. La diferencia entre ambas radica en dos factores: procedimiento y comportamiento.

Al contrario que la castración, el procedimiento quirúrgico para esterilizar a un animal es menos intrusivo, porque uno requiere la eliminación del órgano sexual y el otro no.

En cambio, como la esterilización no necesita de la extirpación del aparato reproductor, significa que el deseo sexual tampoco se elimina.

Como resultado, no habrá cambios hormonales y ni emocionales en los animales esterilizados. Es decir, que las hembras seguirán teniendo el celo y los machos van a continuar interesados en ellas.

Mitos

El procedimiento quirúrgico siempre ha estado rodeado de mitos, muchos de ellos sin soporte científico. Entre ellos se encuentran:

– Las hembras deben tener crías por motivos de salud

– Castrar a un perro lo hace “menos macho”

– Cambio en el comportamiento

– Es una intervención solo necesaria para las hembras

– Operar desde muy jóvenes afecta su crecimiento

Muchas de estas historias están basadas en rumores infundados y sin ningún sustento científico. En cambio, posee muchos contraargumentos.

Primero, los animales no sienten ningún tipo de frustración por no reproducirse. De hecho, si el procedimiento se realiza antes del primer celo, se puede reducir la probabilidad de que la hembra sufra patologías en el futuro, como los tumores de mama.

Segundo, la eliminación del aparato reproductor no afecta en nada el desarrollo natural del animal, por lo tanto, no se vuelve “menos macho”.

En tal sentido, la que más fundamento tiene es el cambio de comportamientos relacionado con las hormonas sexuales (marcar territorio dentro de casa, el celo y la agresividad a otros perros).

No obstante, no afecta en nada el resto del comportamiento del animal, si esos rasgos ya los tenía antes de la cirugía. Ahí ya entra el factor “crianza”.

Además, como son problemas relacionados con las hormonas sexuales, puede ser padecido tanto por machos como por hembras, por lo que la castración es igual de válida para ambos casos.

Por último, si bien es cierto que algunos veterinarios prefieren retrasar la cirugía un par de meses, solo es para casos específicos.

Un ejemplo, son los perros de razas grandes, porque tardan más en desarrollarse. Fuera de ese caso, la castración no afecta el crecimiento del can.

Beneficios y desventajas

Carancci considera la castración como una práctica que, si bien conlleva sus riesgos, también genera efectos positivos como:

– Previene enfermedades de transmisión sexual o tumoral, así como el cáncer, problemas prostáticos en los machos e infecciones uterinas o neoplasticas en las hembras.

– Permite el control de la reproducción, por lo tanto, disminuye el número de crías indeseadas que pueden terminar siendo abandonados en la calle.

– En las hembras evita síntomas del celo como el sangrado y embarazo psicológico. Y en los machos, reduce el comportamiento del deseo sexual como el marcaje urinario o algunos problemas de agresividad hacia otros machos.

De igual manera, Carancci reconoce las consecuencias negativas del procedimiento, y aunque son en gran medida menores que los beneficios, no dejan de ser importantes.

La principal es la tendencia al sobrepeso. Esta nace a raíz de la eliminación del órgano sexual del animal, lo cual produce un cambio de su metabolismo, sumado al tiempo en reposo que tiene ocupar para su recuperación.

Para este problema la doctora sugiere que después de la castración “haya que modificar algunas cuestiones como la ejercitación o la alimentación, para evitar problemas como sobrepeso”.

Otro riesgo que es más común en las hembras es la incontinencia urinaria, es decir, incapacidad de contener la vejiga. Por fortuna, esta puede ser manejada por el tratamiento adecuado. Las menos posibles son los efectos causados por la cirugía misma, como reacciones desfavorables por la anestesia, o riesgos de infección, hemorragias, etc.