Criss Monterrey | [email protected]
En 1975 un espigado guariqueño revolucionó las radios con su voz y sus letras. El joropo dejó de sonar en aburridos programas a las 5:00 am para estar presente en horario estelar. Ese muchacho delgadito que había salido de Santa María de Ipire (Guárico) con mil sueños y un camión de inspiración bajo el brazo era Reynaldo Armas Enguaima, quien sin saberlo en ese momento se convertiría en el número uno de la canta criolla.
Su primer disco llevó por nombre Yo también quiero cantar, pero no tuvo mayor relevancia. El éxito llegó en la siguiente placa, La inspiración del poeta (1978), con temas que aún hoy son clásicos como Laguna vieja, Pesadilla entre las flores, Mensaje y Lucerito. En vez del típico liquiliqui y sombrero de cogollo decidió cantar con traje de gala, para darle al folklore una majestuosidad nunca antes vista en el escenario llanero.
“Obviamente fue idea mía, decidí romper con ciertas reglas que según mi apreciación tenían encajonado al folklore sin dejarlo salir a flote, fue una difícil decisión pero dio sus resultados. Y el éxito no fue la vestimenta, creo más bien que fue mi gran determinación”, afirma vía WhatsApp a su regreso de Colombia, el país que después de Venezuela es donde más trabaja.
La vida de Reynaldo Armas no fue un camino de girasoles. El triunfo no ocurrió de la noche a la mañana. Nació en el campo Los Guatacaros, en Santa María de Ipire (Guárico). No era el sitio idóneo para estudiar o desarrollarse, y menos en una familia humilde donde había otros cuatro niños para alimentar: Argelia, Felipa, Margoth y Domingo. Sin embargo en medio de esa tierra fértil la poesía y la musa comenzaron a llegar precozmente al menor de los hijos de Nicasio y Modesta.
“Para ser más exacto nací en el campo, en ese sitio no había restaurantes ni medios de comunicación: lo que uno hacía era trabajar la tierra para producir los alimentos que se consumían. Con 7 u 8 años de edad se me ocurrió agarrar un par de maracas y los que me vieron dijeron que yo tenía oído musical. De allí en adelante me dejaban tocarlas pero por raticos”, recuerda.
Cantor, poeta y pintor
En 45 años de carrera artística Reynaldo Armas ha lanzado al mercado más de 30 discos, en los que compuso música y letra de absolutamente todas las piezas. Su inspiración permanece inagotable, siempre creando nuevas piezas para deleite de su fanaticada.
“Mi primer tema lo escribí cuando tenía 12 años aproximadamente. Recuerdo Mi primer amor y Cariño fingido, esos los grabé en un 45RPM en 1973. Todo fue empírico, nunca tuve estudios de música ni de canto. Soy autodidacta". Sus canciones abarcan todo tipo de temáticas: romance, familia, rupturas, vida de campo y hasta dedicó letras a sus animales, como La muerte del Rucio Moro y Tres contra el mundo. Tal y como les ocurre a los grandes compositores, asegura que la letra le llega con todo y melodía.
“Las canciones son un poco de cada cosa: sueños, ilusiones, vivencias, recuerdos y hasta despechos. Mis piezas las hago a un tiempo, música y letra de una. He compuesto cerca de 420 temas de amor, desamor, a la vida y a veces hasta de contenido social”. Entre estas últimas aparecen Testaferros del Diablo y Consejos pá un presidente, que en su momento causaron malestar en algunos sectores debido a las verdades dichas sin filtro en sus estrofas.
Muchas de las canciones cuentan episodios de su vida, algunos no tan alegres. Es el caso de Justicia Señor, incluida en la placa En el bicentenario de Bolívar (1983). Cuenta la historia de un accidente de tránsito donde una persona pierde la vida. “Eso fue real: un encontronazo con un motorizado de un campo entre Guárico y Anzoátegui el 24 de diciembre de 1981 a las 7:30 pm aproximadamente”. Es uno de los grandes clásicos del cantautor, que en 2013 obtuvo el Grammy Latino en la categoría Mejor Álbum Folclórico.
Entonces, cuando se tiene una trayectoria tan impecable como escritor de canciones ¿qué puede decir Reynaldo Armas al ver que la Sociedad Americana de Compositores, Autores y Editores (Ascap) premió a Bad Bunny como compositor del año? “Con respecto a ese premio a ese tipo que ni quiero nombrar me parece una falta de respeto al intelecto, una ofensa a la moral”, sentencia.
Es tal el éxito de sus letras que hasta el propio Héctor Lavoe hizo una versión en salsa del tema De qué tamaño es tu amor en el disco Reventó (1985). Reynaldo ignora cómo pasó su canción al puertorriqueño, pero tiene una teoría. “Para entonces yo era artista exclusivo de Venevisión y por allí llegaron muchas cosas, eran otros tiempos en que la televisión venezolana estaba en lo máximo”.
Murió la rosa
Reynaldo Armas nunca había hecho pausas en su carrera. La única forma de que le bajara el ritmo a los viajes y presentaciones fue la pandemia de 2020, cuando por primera vez se quedó muchos meses en casa y sin trabajar. “No ha sido fácil, te confieso que me asusté mucho cuando esto comenzó y todavía no es que esté muy confiado, pero hay que ponerse en las manos de Dios y ya”.
Actualmente prepara el primer concierto online de su trayectoria y que tendrá lugar el 19 de este mes. Todos los detalles están en sus redes sociales. “Eso será un acontecimiento que no tengo la menor idea de cómo se va a desarrollar porque es algo nuevo para mí, lo cierto es que estoy preparado para lo que salga. Estamos trabajando en eso, pronto habrá noticias, con el favor de Dios”, adelanta con emoción.
Mientras los detalles de este show se coordinan, Reynaldo se mantiene firme en no dejarse llevar por ritmos diferentes a los que lo hicieron conocido, ni mucho menos desvirtuar un género tan rico como el llanero. “Yo estoy clarísimo de mi gran responsabilidad y mi compromiso con mi cultura musical. Si supieras que mi voz no es una gran cosa, hay muchas mejores, yo creo que hay muchas otras cosas que lo hacen a uno más que una gran voz: talento, personalidad y mucha, pero mucha disciplina”.
Recuadro
Padre, amigo y compañero
Reynaldo Armas tiene 14 hijos, y varios de ellos han intentado su camino en el mundo de la música. Uno de ellos es Reymar Armas, que define al “Cardenalito” como un buen padre. “Una vez él fue a una entrevista y nueve de nosotros estábamos en el público, no se lo esperaba y se puso muy rojo. Como papá es genial, siempre está pendiente y con los nietos mucho más. Fomenta la unión entre todos los hermanos, siempre pide que nos llamemos. Para todas las ocupaciones que tiene y la persona que es, no me quejo”. Una opinión semejante tiene el periodista Alfredo Cisneros, quien ha sido su jefe de prensa por muchos años. “Reynaldo como muchos salió de su campo y traía una maleta llena de calidad y alto profesionalismo, que ha ido puliendo en el escenario. Antes de ser cantante es un escritor, el primero o el mejor que ha tenido el llano en la expresión musical y sonora. Él marcó unos parámetros no existentes. Gracias a él hay un antes y un después en la música venezolana”.
2020-09-09
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