La endometriosis es una enfermedad crónica en la que el tejido similar al que recubre el interior del útero (el endometrio) crece fuera de él, en lugares como los ovarios, las trompas de Falopio, la vejiga o el intestino. Este tejido reacciona a las hormonas del ciclo menstrual igual que el endometrio normal: se engrosa, se descompone y sangra. Sin embargo, al no poder salir del cuerpo, causa inflamación, dolor intenso, formación de tejido cicatricial y, en algunos casos, infertilidad.
Esta enfermedad afecta principalmente a mujeres en edad fértil, especialmente entre los 25 y 40 años, aunque puede comenzar con la primera menstruación. Se estima que entre el 10% y el 15% de las mujeres en el mundo la padecen. A menudo es una enfermedad infradiagnosticada debido a la normalización del dolor menstrual, lo que retrasa su detección y tratamiento. El diagnóstico requiere evaluación médica especializada.
Mitos y verdades de la endometriosis
La endometriosis no es un simple dolor menstrual fuerte sino que, como mencionamos anteriormente, es un trastorno multisistémico que puede alterar la fertilidad, el estado emocional y la calidad de vida. Dicho esto, hay muchas dudas sobre esta condición, y hoy nosotros te revelamos sus prinicpales mitos y verdades.
Mito: el embarazo cura la endometriosis
Durante la gestación los ovarios entran en reposo, lo que puede aliviar temporalmente los síntomas. Sin embargo, la enfermedad no desaparece; los síntomas pueden reactivarse tras el parto.
Realidad: el embarazo no es una cura.
Mito: toda mujer con endometriosis será infértil
Es cierto que puede interferir con la fertilidad, dañando ovarios o trompas, alterando óvulos o dificultando la implantación. Pero muchas mujeres logran concebir, ya sea de forma natural o mediante técnicas de reproducción asistida.
Realidad: se puede ser fértil con endometriosis, aunque puede complicar la concepción.
Mito: la endometriosis desaparece con la menopausia
Los síntomas suelen disminuir en menopausia debido a la caída de estrógenos, pero el tejido anómalo no se elimina por completo sin tratamiento.
Realidad: puede remitir parcialmente, pero no desaparece automáticamente.
Otras realidades importantes
- Hay predisposición genética, aunque no hereditaria al 100 %.
- El diagnóstico combina síntomas, ecografías y en ocasiones laparoscopia.
- Existen tratamientos hormonales orales recientes que reducen dolor pélvico, junto con enfoques antiinflamatorios y dietas complementarias.
- Las opciones incluyen analgésicos, terapias hormonales, cirugía en casos severos y, en situaciones extremas, histerectomía, siempre ajustadas al caso individual.
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