Comprar un vestido o un traje para una ocasión especial no es para débiles.
Especialmente si la idea de pasar horas buscando, probándose, tratando de hacerse un espacio en una tienda a rebosar y de no rendirse ante la misión nos da pavor.
Si te pasa eso, no estás solo.
No es casualidad que las ventas online hayan crecido 21,1% hasta US$1 billón en 2012 y se espera que aumenten otro 18,3% este año, según analistas de la consultora eMarketer.
Y no es ningún secreto que el romance del público con las compras online, con el factor añadido de la recesión global, le ha sumado puntos al golpe de las tiendas tradicionales.
La supervivencia en la era moderna significa invertir, en mayor o menor medida, en tecnología.
Y ahí es donde entra una de las últimas palabras en incorporarse al diccionario urbano: omnicomercio, que significa que, en lugar de forzar a los consumidores a elegir entre comprar en la red o en la tienda, integra las ventas de manera más completa, difuminando los límites entre ambas versiones.
Los especialistas en tecnología comercial NCR creen firmemente que ese es el camino a seguir. La compañía, que inicialmente se especializó en hacer cajas registradoras, también tuvo que adaptarse a la atmósfera cambiante en el comercio.
"Creo que la clave es tratar de identificar el área en el que necesitas una estrategia, pero también tener algo concreto que (los vendedores) puedan comenzar a implementar hoy mismo", explica Giovanni Bandi, director de ventas de NCR para el norte de Europa.
"En nuestra opinión, hay un sentido de urgencia. No te voy a aburrir con datos sobre el hecho de que High Street (en referencia a las tiendas tradicionales) está en problemas. Todo eso lo sabemos, pero el punto es saber cómo moverse y hacerlo rápido". /BBC MUNDO
Miércoles 21/08/2013