Dispuesta a cambiar la forma de medir la opinión pública nació la nueva red social Swipp, una plataforma estructurada en torno a un índice de valores donde cotizan personas, productos e ideas cuya popularidad varía en función de los votos de los usuarios.
La ambiciosa propuesta de Swipp es una herramienta democrática global que va más allá de los "trending topics" y el número de seguidores en Twitter y Facebook, sistemas habitualmente utilizados para conocer la importancia o la fama de algo o alguien.
"Queremos recoger y mostrar lo que todo el mundo piensa sobre cualquier tema imaginable", aseguró a Efe el responsable de marketing y comunicación internacional de Swipp, Frederik Hermann.
Esta red social, que aspira al dinamismo de Twitter y a la densidad de Wikipedia, se forjó durante el último año y medio con el trabajo de 15 personas en Mountain View, en pleno Silicon Valley californiano, cerca de la sede de Google, con el convencimiento de que puede convertirse en la siguiente revolución en internet.
"Aspiramos a alcanzar 200.000 usuarios en el corto plazo y quizá un millón en un año", comentó Hermann.
A día de hoy, Swipp está disponible en 5 idiomas (incluido el español) a través de Swipp.com, cuenta con aplicación nativa para iPhone y es de acceso gratuito con el único requisito de tener cuenta en Facebook.
Una vez registrado, el usuario se encontrará ante un menú que le invitará a publicar su primer "swipp", nombre que le dan a este tuiteo los creadores de la plataforma, en el que se deberá indicar la temática del contenido del mensaje, lo que vendría a ser el "hashtag" en Twitter, y se podrá añadir un comentario.
Swipp arranca con más de 10 millones de conceptos registrados y 4 millones de fotografías en sus servidores, aunque los usuarios podrán proponer nuevos temas sobre "productos, personas, lugares y cosas", indicó Hermann.
Lo distinto en este caso es que además de expresar una opinión se podrá puntuar el grado de conformidad o disconformidad con el asunto en cuestión, para lo que se habilita una barra de votación que va desde -5 hasta +5.
Esa valoración se suma al cómputo general en Swipp cuyo sistema elabora una especie de índice bursátil que mide la fluctuación de la opinión de los usuarios respecto a los temas.
Este referente enseña la puntuación media acumulada en Swipp, la puntuación media del día, la tendencia de la cuestión (si es alcista o bajista) y el número total de "swipps" emitidos.
El índice global se puede desgranar por lugares, por género, y también se puede ver una gráfica sobre la evolución en el tiempo de esas puntuaciones.
Hermann señaló que cada usuario podrá opinar las veces que quiera sobre un tema, aunque únicamente el último "swipp" computará en el sistema para evitar así distorsiones y abusos.
A diferencia de Facebook y Twitter, que a pesar de su éxito han tardado en encontrar fórmulas para sacar rentabilidad económica de sus plataformas, Swipp nace con un plan de negocio definido que hace la competencia a las consultoras de estudio de opinión.
Las marcas comerciales podrán contratar los servicios de Swipp para conocer con detalle lo que la gente piensa sobre sus productos y detectar las tendencias, y contarán con herramientas específicas para gestionar el volumen de información pública.
Los creadores de Swipp, no obstante, quieren que su red social vaya más allá de los comentarios y opiniones, y sirva como fuente de conocimiento para el usuario a través de su vinculación con Freebase, base de datos gratuita y colaborativa propiedad de Google que se alimenta, entre otras webs, de Wikipedia.
De cara a febrero Swipp prepara aplicaciones especiales para seguir la Super Bowl, así como la gala de los Óscar, y en los próximos meses hará público su protocolo API para facilitar a programadores externos el desarrollo de nuevas aplicaciones y usos para su sistema. EFE