Daisy Galaviz | [email protected]
En la mayoría de los pisos del Hospital Clínico Universitario de Caracas prolifera una bacteria conocida como pseudomonas, según relataron pacientes y sus familiares.
Esta bacteria es capaz de producir infecciones en huesos, sangre, pulmones, ojos, orejas, tracto urinario y válvulas del corazón, y es dañina cuando el portador tiene su sistema inmune comprometido. Crece en áreas húmedas, tales como fregaderos, lavabos, piscinas inadecuadamente cloradas y en soluciones antisépticas caducadas o inactivas, situaciones no idóneas en el Hospital Universitario y la cual ya cobró, al menos, una víctima.
La historia trágica de Eunices Carolina Parra, mujer de 30 años, quien desde niña sufría de hidrocefalia (aumento anormal de la cantidad de líquido cefalorraquídeo en las cavidades del cerebro), comenzó cuando se vio infectada por pseudomonas el 19 de mayo tras ser internada en el Universitario, en el piso siete.
La dama ingresó para que le cambiaran su válvula de hidrocefalia ya vencida, y se contaminó por la bacteria luego que le colocaron una vía sanguínea al momento de su hospitalización. Tras el contagio, la madre de Eunices narra que fue “de mal a peor”. “Yo no tenía conocimiento de que el Universitario estaba contaminado de esa bacteria, hasta el día que falleció mi hija que una de las doctoras me lo comunicó. Si lo hubiese sabido, la saco inmediatamente”, sentenció. La madre comentó, desolada, lo triste que fue escuchar por boca de la galena “no hay vía ni drenaje que en el Universitario no se contamine por la bacteria”. Según Parra, la contaminación del recinto hizo que el microbio se llevara a su hija antes que le cambiaran la válvula, la cual hizo milagros para conseguir, pues tuvo un costo de millón y medio de bolívares.
A Eunices Carolina le practicaron 5 intervenciones quirúrgicas, pero igual no se salvó. La primera fue para quitarle la válvula; la segunda para extraerle el drenaje que ya estaba contaminado y colocarle uno nuevo; la tercera se dio porque había que sacarle una válvula vieja que tenía desde niña, y también para revisar si podían combatir las pseudomonas que se encontraba alojadas en los plásticos; la cuarta fue para sacarle un catéter de válvula que le había quedado en la primera intervención; y “la mortífera” le fue practicada el viernes 29 de julio, y se desarrolló para extraer un pedazo de catéter contaminado que estaba dentro del ventrículo cerebral.
Al finalizar la intervención, múltiples convulsiones se adueñaron del sistema inmunológico de Eunices hasta generar su muerte.
2016-08-06