Alejandra Pabón | [email protected]
El comercio informal en el país ha tomado fuerza en el último año. Anteriormente, los carritos de perros calientes eran los únicos que se veían en la calle. Actualmente esto ha cambiado muchísimo; el venezolano ha salido “a patear la calle” para poder así llevar el pan de cada día al hogar.
En un recorrido hecho por el equipo del Diario 2001, se contabilizaron más de cien de estos puesto; desde carretillas llenas de bombas hasta bolsas de cotufas.
En la entrada de La Vega, en Caracas está una señora que vende empanadas y pastelitos. Ella, quien por razones de seguridad evitó decir su nombre, tiene 16 años expendiendo estos dos rubros en ese mismo lugar.
“Se vende para poder pagarle a los bachaqueros y lo que se pueda comprar para comer, pero es imposible guardar dinero”, comentó esta vendedora. Agregó también que es la primera vez en todo este tiempo que le cuesta tanto conseguir los artículos para poder hacer las empanadas. Asimismo, añadió que debe acudir a los bachaqueros para poder comprar harina de maíz, cuyo costo es de 2 mil bolívares, mientras que el aceite está en 2.500 bolívares -precio de bachaqueros-. Explicó que necesita 4 ó 5 paquetes diarios de harina para poder hacer empanadas y así lograr vender las 100 a las que acostumbra.
En este lugar, una empanada o un pastelito sin importar su interior, tiene un costo de 450 bolívares.
Los dulces también salieron a la calle. El precio de las bombas rellenas con crema pastelera ronda los 250 bolívares, así como las piñitas cuyo valor es de Bs. 400.
Dueños de estos puestos aseguran que acuden a diario a los bachaqueros, pues es la única manera que tienen garantizada la harina de trigo, cuyo precio por saco es de 60 mil bolívares.
En El Paraíso -oeste de la capital-, está un señor que tiene 15 años vendiendo donas y agua en la redoma de La India. Explicó que a pesar de la situación él compra las donas directamente a la empresa que las hace.
De igual manera comentó que, entre enero y el presente mes, el aumento es de 70%, la rosquilla que costaba 200 bolívares ahora cuesta 700.
Aunque parezca poco creíble, el cotufero no se escapa de la realidad del país. En Montalbán hay un “puestico” de cotufas; un paquete grande de éstas ronda los 300 bolívares, así como el pequeño 150 bolívares.
El encargado de este pequeño negocio comentó que al igual que muchos comerciantes venezolanos 2016 no ha sido bueno. Cuenta también que tiene 5 años vendiendo en ese sitio, pero que actualmente su clientela ha disminuido 60%, lo que sólo le permite vender entre 50 y 60 bolsas de cotufas.
Agregó que las ganancias de este negocio sólo le dan para invertir en artículos bachaqueados, pues los cuatro litros de aceite que consume a diario le cuestan 2.500 bolívares cada uno, y el pote de mantequilla 4 mil; mientras que el saco de maíz cuesta 60 mil bolívares.
El negocio del jugo natural de naranja también se ha puesto difícil. Un saco de naranjas ronda los 7 mil bolívares, según un encargado, y este dura 2 semanas. Además, un paquete de vasos cuesta 1.400. Allí un vaso regular está en 300 bolívares.
2016-11-18