Redacción 2001.com.ve| Miguelangel Caballero @Mikangel777
En la ciudad de Caracas es común ver al sector informal en las principales plazas, avenidas y espacios públicos más transitados, así como las paradas de autobuses, y ahora hasta dentro de los trenes del sistema de transporte subterráneo, Metro de Caracas.
La crisis económica que atraviesa Venezuela se ha agravado durante los últimos 2 años, lo que ha afectado gravemente al sector productivo formal, cerrando aún más la posibilidad de que los venezolanos puedan obtener un empleo formal con los beneficios garantizados en la Ley Orgánica del Trabajo. Otro de los factores críticos es la creciente inflación que según empresas especializadas en el área económica como: Econanalítica, ODH y Econométrica supera el 200%, con niveles altos de desabastecimiento y escasez de productos básicos. Un entorno económico nada favorable para los trabajadores.
Desde el pasado 06 de septiembre el Metro de Caracas anunció la puesta en marcha del “Plan Buhonería Cero”, que consiste en el despliegue de un Equipo Móvil de Apoyo, conformado por Guardias Patrimoniales, Operadores y Trabajadores voluntarios del subterráneo, junto con la Policía Nacional Bolivariana (PNB), con la finalidad de detectar la presencia de buhoneros.
La Policía Nacional serán los encargados de comisar la mercancía y de desalojar al comerciante informal de la unidad de transporte, según consta en el portal web del sistema Metro.
Una vez que se produzca la falta, el vendedor informal será remitido al Aula del Buen Usuario de Metro de Caracas, para recibir formación relacionada con las normas del subterráneo y deberá firmar un acta compromiso. De reincidir, el caso pasará a la Fiscalía Municipal, instancia que procede de acuerdo con la ley vigente. La mercancía decomisada, será incinerada en acto público. Este plan se comenzó a aplicar el día 19 de septiembre en la Línea 1 del Metro, luego será extendido a las demás líneas.
Seguramente a muchos usuarios se les hará familiar el saludo que identifica a todos los actores principales de la Metro economía:
“¿Una Venezuela linda que me de las buenas tardes?
¡Buenas tardes Venezuela! Recapacita, mira… que te traigo algo nuevo, algo rico y sabroso: un amortigua tripa (Pepitos), con una que te ayuda a relajarte en el baño de tu casa (uvas pasas), o la chica más dulce, sabrosa y cariñosa que tu esposa (Chupeta). Para que le lleves a tus chamos, al novio, la novia y a la esposa”.
¿Cómo funciona la buhonería dentro del Metro de Caracas?
Los trabajadores informales están organizados por grupos de personas distribuidas a los largo de todo el sistema Metro de Caracas, incluyendo Los Teques y el Ferrocarril a los Valles del Tuy. Estás personas organizadas en grupo de 20 o 30 vendedores deambulan dentro de los vagones del tren ofreciendo productos que van desde un caramelo de leche, pepitos y hasta uvas pasas empaquetadas en forma manual y a un bajo costo.
Este lucrativo negocio en el que ya participan entre 200 y 300 personas, puede generar ingresos diarios de entre 20 y 45 mil bolívares de ganancia, es decir, excluyendo lo que cada vendedor invierte en la mercancía que adquieren en los principales almacenes y confitería de Caracas. Un vendedor podría ganar diariamente ente el 30,77% y el 69% del sueldo mínimo integral garantizado por el Estado.
Hablan los vendedores
Oscar Piñango, uno de los vendedores entrevistado por el diario 2001, aseguró que tiene más de 2 años vendiendo chucherías en el Metro de Caracas, entre las estaciones Capuchinos y Zona Rental, dejó de laborar como Moto taxi, porque “no le estaba produciendo lo necesario para mantener a sus dos hijas y su esposa. Aquí todo está caro mano, una harina te puede costar 2.500, un arroz 3.000 bolívares ¿Cómo voy a mantener a mi familia con un sueldo mínimo?”, dijo.
Piñango nos explicó que invierte diariamente 10 mil bolívares en la compra de varias bolsas de pepitos, papas fritas, tostones, chupetas y caramelos, sus compras dependen de su pericia en cuanto que es lo que más busca la gente dentro del sistema subterráneo, esta inversión, en los días buenos (Cuando vende toda la mercancía), le genera ingresos de hasta 43 mil bolívares, que luego gasta en artículos y alimentos de primera necesidad que le compra a los bachaqueros en Catia, a precios elevados.
En esa misma condición se encuentra Argenis Romero, un joven de 26 años, que se vino del estado Carabobo hace menos de un año impulsado por el deseo de encontrar un empleo para mantener a su hija y a su esposa, porque “en Carabobo se pasa hambre, no hay donde trabajar y lo poco que pagan no alcanza para comer”.
Romero, que llegó al tercer año de bachillerato, contó que quiere culminar sus estudios para poder ser ejemplo en su casa para sus hijos y hermanos, pero al llegar a Caracas se encontró con que la realidad es muy cercana a la vivida en Valencia, aunque aquí en la ciudad Capital “uno vende piedras y cualquiera se las compra. Hay más facilidad para conseguir alimentos, aquí por lo menos volví a comer pasta”, dijo.
Narró que en un día bueno de ventas logra irse a su casa con al menos 30 mil bolívares, como ganancia, pues siempre aparta con religiosidad la inversión para el día siguiente.
Susana Veloz, una joven que apenas cumplió los 18 años, indicó que en las mañanas estudia en un instituto adscrito al sistema de formación Nacional de Capacitación y Educación Socialista (Inces), pero como gana sueldo de aprendiz, eso no le alcanza para mantener a su abuela, por lo que no dudo en dedicarse a vender bolsitas de uvas pasas en el Metro cuando otro compañero de clase, que también vende junto a ella en la ruta: El Valle – La Rinconada, le habló del negocio.
Veloz compra por kilos las uvas pasas en el mercado Guaicaipuro y las empaqueta ella misma en casa. Compra 10 kilos de uvas pasas diarios en las que gasta alrededor de 10 mil bolívares, de donde logra sacar más de 300 paqueticos de menos de 30 gramos; que vendidos a Bs 100, logra una ganancia de Bs. 20 mil diarios.
Por supuesto es más rentable que trabajar en el sector formal donde por ocho horas de trabajo solo lograría ganar BS. 2.500. “Imagínate aquí me gano 20 mil bolos, y en el curso del Ince me pagan 800 bolos diarios, porque no cobro cestaticket”.
Más barato por docena…
Aunque las estrellas y protagonistas de la Metro economía no tiene formación académica en las teorías económicas, modelos de negocios o economía política, saben muy de sobra que la variedad es muy importante a la hora de vender, tener una gama de chucherías sabrosas y baratas es un plus, que los clientes aprecian mucho y que para poder ofrecer un producto a bajo costo lo mejor es comprar grandes cantidades mantener un bajo precio para competir con los establecimientos o bodegas que se pueden encontrar en las salidas del Metro o cerca de la casa del posible comprador.
Cuando se les preguntó a los entrevistados acerca de cómo deciden el esquema de precios, la respuesta fue sencilla: Hay que ofrecer bastantes chucherías a un costo razonable en el que gane el vendedor y el comprador, por eso uno se pregunta al compañero ¿Mira en cuánto lo vamos a vender? Y bueno mientras más barato mejor.
Versiones cruzadas acerca del funcionamiento del negocio
Bastante se ha especulado sobre el funcionamiento del entramado de más de 300 vendedores que hacen su agosto en el sistema Metro de Caracas.
El Diario 2001 logró conversar con uno de los vendedores que aseguró que los grupos funcionan como pequeñas plazas; en las que el dueño de la plata o el líder, se encarga de comprar la mercancía y almacenarla en su casa, está mercancía es entregada en consignación a cada uno de los vendedores, que al final del día deben traer el valor de la mercancía más el 20% sobre las ganancias para permanecer dentro del grupo o cooperativa, como les gusta ser llamados.
Esta versión del funcionamiento de la Metro economía fue negada por los tres entrevistados: Oscar Piñango, Argenis Romero y Susana Veloz, quienes no negaron que están organizados en grupos, protegiéndose mutuamente de otros grupos y resguardando los tramos del subterráneo donde venden sus mercancías.
Problemas con la competencia
Piñango, Romero y Veloz indicaron que muchas veces llegan al metro varios “fantasmas” o vendedores que nadie conoce, que simplemente llegan a hacerles la competencia, ante esta situación los más antiguos en el negocio actúan advirtiéndoles que deben abandonar las instalaciones porque ese tramo ya está ocupado y los participantes del negocio están completos.
Esta situación, atípica, se ha presentado en algunas oportunidades y normalmente se resuelven en buenos términos, porque el vendedor entiende el proceso y a veces logra incorporarse a la dinámica y deja de tener inconvenientes cuando se hace conocido en el “gremio”, como lo aseguró Piñango.
Los “pedigüeños”, gente es situación de calle que se dedica a mendigar dentro del subterráneo, están siendo desplazados por estos vendedores, incluso de forma violenta. Durante el recorrido hecho por el equipo del Diario 2001, presenciamos como un grupo de vendedores desalojaban de un vagón a un mendigo, advirtiéndole que no podía volver a pedir, que debería trabajar como todos lo demás.
“No somos mafiosos, ni bachaqueros”
Piñango, quien se expresa claramente sobre el asunto, dijo que hace más de dos años intentaron sostener conversaciones con las autoridades del Metro de Caracas para llegar a un acuerdo en el que los vendedores puedan organizarse en cooperativas y vender sin que la policía o la vigilancia interna del Metro les decomisen la mercancía.
Las peticiones de reuniones nunca se dieron, por lo que tampoco pudieron plantear sus propuestas. “Nosotros no somos mafiosos, ni buhoneros. Estamos trabajando, porque todo está mal y los riales no alcanzan”, dijo.
2016-09-22