Gianny Laybeth Lobo Bracho (Profesora de Historia y Desarrollo Curricular)
La situación de pandemia ha generado un cambio de rutinas en los seres humanos, entre ellas la escuela, la cual se ha mudado a los hogares, causando temor, incertidumbre en padres, estudiantes y docentes. En el ámbito educativo dos términos se ponen en la palestra: planificación y evaluación; respecto a la segunda, sus tres formas se hacen indispensables: diagnóstica, formativa y sumativa.
En particular, nosotros los venezolanos nos encontramos ante una situación no vista antes. Si bien es cierto hemos tenido ausencias escolares por conflictos políticos y sociales, no ha sido por razones epidemiológicas. Y, aunque a principios del siglo XX vivimos la Gripe Española, es de notar que para la fecha el sistema educativo no era ni una cuarta parte de lo que es actualmente. Nos encontramos entonces en una situación imprevista e inédita.
En principio queremos destacar la importancia de preservar la vida, esa debe ser la prioridad; en consecuencia, debemos actuar razonablemente en relación a la educación, jerarquizar necesidades. La escuela en casa es una opción que podemos desarrollar, sobre todo cuando gozamos de disponibilidad de tiempo.
¿Qué implicaciones tiene la escuela en la casa? Sea cual sea la decisión de las autoridades venezolanas en relación al regreso al aula, sea en un mes o dos meses o sea culminar el año a distancia, debemos decir lo siguiente: la clave está más allá de las directrices gubernamentales; se encuentra más bien en los departamentos de evaluación y/o planificación de las instituciones educativas oficiales, subsidiadas y privadas, es el momento preciso para que sus líderes pongan sobre el tapete sus aprendizajes al respecto.
A las coordinaciones de planificación y evaluación se le presentan dos momentos: uno del aula al hogar y dos el regreso a aula. El reto está en entender y adaptarse, en la concienciación de la flexibilidad necesaria sin menoscabo de la calidad, pero sobre todo en aterrizar las actividades o asignaciones escolares a la cuarentena y la post cuarentena. Comprender y comunicar a los representantes que el proceso de evaluación cumple tres momentos: diagnóstico, formativo y sumativo, y que ellos liderarán las primeras dos fases, que sus informaciones servirán para finalmente el docente construir la evaluación sumativa que se traduce en una calificación para bachillerato y una descripción cualitativa para inicial y primaria.
Hay que tener como punto de partida que Venezuela no cuenta con una plataforma de redes de calidad, nuestro internet presenta constante fallas, aunado a los equipos que puedan estar en los hogares e incluso en los hogares de los maestros, tan sencillo como ¿cuenta el docente con una computadora en su hogar? Probablemente sí, pero también es posible que no y eso debemos entenderlo. Las condiciones tecnológicas no son las mejores, aun así, hay que plantearse el reto de planificar la enseñanza; no podemos quedarnos en excusa, ni de brazos atados.
Las asignaciones planificadas deben estar atinadas a la realidad, a la imposibilidad de traslados, escasez de recursos. Es fundamental en estos momentos tener claro las competencias que deben desarrollarse en cada grado, considerando que sus colaboradores, es decir, padres y familiares son quienes le guiarán. No se trata de atiborrar al estudiante con largas e irrealizables tareas, sino de lo justo y necesario. La retroalimentación siempre que se pueda hacer será complementaria. Por otra parte, la evaluación debe ser flexible, no se deben establecer fechas de entrega sino lapsos márgenes de entrega y de revisión. Invitando siempre a la superación y no una penalización de actividades, el proceso de reflexión en la evaluación formativa es de suma importancia.
El representante o responsable será quien tome la batuta y es necesario un acto de sinceridad personal sobre sus hijos; debe hacer su propio diagnóstico en función de los que el docente les indique hacer, ¿ha alcanzado mi hijo las competencia y aprendizajes requeridos? La nueva rutina hogareña tiene que estar sustentada en una realidad tangible, y a partir de allí organizar actividades, ¿dónde debo enfocarme más y donde no debo hacerlo tanto? Mantener la comunicación con el docente y construir un plan de acción, un plan de actividades formativas. Se trata de aprovechar el tiempo y no de una mera ocupación. No son tareas, porque las tareas son actividades de refuerzo en el hogar, estamos hablando que la escuela se ha mudado al hogar, en consecuencia, lo que se hace son actividades de construcción de aprendizajes.
El segundo momento: el retorno a clases, quizás atemoriza más y conduce a muchos representantes a forjar un monstruo de conocimientos; encontramos niños de preescolar aprendiendo la tabla de multiplicar, por miedo a lo que exijan de regreso, coartando el libre desarrollo de la personalidad y la necesidad de aburrimiento en nuestros infantes. Indistintamente de cuándo sea el retorno este es y será distinto, no podemos pensar en la normalidad anterior, ni mucho menos las escuelas desempolvar la planificación del año a escolar pasado, no, deliberadamente no. El diagnóstico o la evaluación diagnóstica debe ser el inicio. Los maestros deben acoplarse al reto de la planificación y evaluación, considerando que el tiempo no fue perdido sino reinvertido en otras actividades tan valiosas como el aprendizaje escolar. Es menester comprender que la cuarentena es una situación atípica en la cual un buen tiempo para videojuegos, televisión por internet e incluso aburrirse es totalmente válido, pues la salud mental es necesaria en niñas, niños y adolescentes. La contextualización de los aprendizajes requeridos será estricta necesidad para los encargados de planificar y evaluar.
Entendamos que son circunstancias desconocidas para todos, es aceptable equivocarse, lo fundamental allí es tener la capacidad de reflexionar y corregir, no se trata de si se pierde o no un año escolar, el sistema educativo está compuesto de 15 años por lo que todo es recuperable, algunas metas no se podrán cubrir, pero se podrá recuperar siempre y cuando los encargados de planificar y evaluar realicen los ajustes curriculares necesarios. Tan elemental como no podemos pretender en un 4to grado el dominio de fracciones cuando entendemos que no todos los estudiantes gozaron de una adecuada explicación y ejercitación del tema.
Las últimas dos semanas se ha recibido una gran cantidad de informaciones sobre las tareas que se envían vía internet, que sinceramente asustan, los colegios no están diseñando planes de actividades sino llenando de tareas, muchas de ellas sobrevaloradas. Uno de los casos que más ha captado atención es la de una comparación entre la tesis historiográfica de Thomas Carlyle y March Bloch para alumnos de cátedra bolivariana correspondiente al tercer año de bachillerato. Es una tarea de altísimo nivel incluso para un estudiante de pregrado. Esto y otras asignaciones que circulan en las redes ha sido la motivación de esta reflexión, aún quedan temas por abordar.
Algunas recomendaciones:
– No sea víctima del temor, organice su tiempo en el hogar. Considere los tiempos de atención de cada niño según su edad; 20 minutos hasta los ocho años de edad y 45 minutos a partir de los 9 años.
– Estructure bloques de atención, como los horarios de clase, en los más chiquitos permítales aburrirse, de allí surge la invención e innovación.
– No pretenda cubrir exigencias más altas de las solicitadas, si bien es cierto que cada alumno puede dar más…
– Es necesario comprender que la situación también genera estrés en ellos por lo que no está mal un rato de tv, música sobre todo cuando el espacio del hogar se reduce a un apartamento.
– Concrete con sus profesores los aprendizajes y competencias reales requeridas y trabaje en función de ello.
– Exija instrucciones sobre lo que debe guiar y como hacer su evaluación formativa. Haga registro de lo realizado.
– No permita que sean meras tareas enviadas, sí duda de la complejidad comuníquelo directamente al docente, usted es el intermediario con el alumno y no menosprecie ninguna acción del docente.
– Finalmente, la honestidad académica en los hogares y la sindéresis de los colegios pueden hacer que funcione la Escuela en el hogar.
2020-04-07