Redacción Diario 2001
En pleno clima de crisis política, el Ministerio de Educación ha anunciado una constituyente educativa que, casi con carácter obligatorio, se pretende sea refrendada y apoyada por comunidades educativas.
La reacción de las agrupaciones de padres y representantes (sean sociedades de padres o consejos educativos) no se ha hecho esperar y ya sabemos de asambleas y acciones de protesta en ciudades como Valencia, Maracay y Caracas. Por su parte los gremios docentes han formulado cuestionamientos y rechazos desde su conocimiento y experiencia profesional.
Finalmente, en muchos planteles los estudiantes de bachillerato han comenzado a manifestarse. Y ha aparecido la sombra amenazante de las sanciones desde el despacho educativo a las escuelas y los liceos, oficiales y privados.
¿Qué podemos hacer desde los planteles para presionar por la restitución del hilo constitucional y para adversar la inconstitucional iniciativa de una asamblea constituyente, con su expresión escolar de la constituyente educativa?
Los maestros y profesores. Pueden ubicar aquellos objetivos, actividades e informaciones contenidos en diversas materias del bachillerato relacionadas con democracia y la dictadura, elecciones, participación y convivencia ciudadana, medios de comunicación, derechos humanos, libertad de expresión, sistema judicial, equilibrio de poderes y la experiencia de la constituyente de 1999.
Con cada tema pueden organizarse asignaciones como encuestas en las comunidades y en el plantel, concursos de fotografía, elaboración de carteleras y presentación de exposiciones para su salón o para varios cursos. Cumplimos las metas y el programa y canalizamos las energías presentes en cada comunidad educativa.
Los padres y representantes. En cada plantel, oficial o privado, existe un grupo de representantes activos y dispuestos. Ya sea agrupados en una sociedad de padres y representantes, en un consejo educativo en el PAE o en un comité o espacio informal, son los interlocutores de los docentes y de sus propios hijos en esta circunstancia.
Desde el año 2001, con aquella campaña que resultó exitosa contra el Decreto 1.011, ha habido diversas oleadas de participación de los representantes. Adversar la ruptura del hilo constitucional y la fulana constituyente educativa es hoy un generador de participación de la comunidad educativa. La novedad es el enorme interés que existe en los estudiantes de involucrarse. Y para acompañarlo y preservarlos deben actuar los representantes.
Los estudiantes. La iniciativa, dada la necesidad del manejo del diseño de las actividades pedagógicas, está en manos de los docentes pero obviamente responde al interés de los estudiantes, que de esta manera pueden expresarse, sumarse al coro nacional por la vigencia de la Constitución sin exponerse innecesariamente, y sin dar razones para visitas o sanciones del Ministerio.
Los estudiantes de bachillerato son adolescentes, adultos muy jóvenes llenos de inquietudes y de energía. De seguro están inquietos por la situación del país y saben que en la historia de Venezuela los liceos y los futuros bachilleres se han manifestado y han sido protagonistas de muchos episodios importantes. ¿Por qué ahora prohibirlo desde el despacho educativo?
La comunidad educativa. Si las autoridades del Ministerio insisten en imponer la constituyente educativa y aplicar sanciones o proferir amenazas, todos los sectores de la comunidad educativa pueden actuar, resistir, proponer y rechazar sus actuaciones. Muchas opciones, creativas, contundentes y enmarcadas en la legalidad existen.