En el 2024 se suscitaron al menos 10 desastres naturales que no solo provocaron pérdidas materiales, sino también zozobra y angustia en las víctimas que sobrevivieron la tragedia.
El primer siniestro tuvo lugar en Japón, específicamente en la prefectura de Ishikawa, a pleno inicio de año con un terremoto de 7,6 grados de magnitud, el cual dejó 168 muertos y 300 desaparecidos.
“La mayoría de los muertos se produjeron en las localidades de Wajima y Suzu, mientras que más de 500 personas resultaron heridas de diversa consideración en el terremoto más devastador de Japón durante la última década”, refirió en su momento la agencia EFE.
Paralelo a ello, las condiciones meteorológicas de la isla indujeron a nuevos desplazamientos de tierra y otros deterioros en las infraestructuras o vías de transporte.
Además, unos 28.000 residentes se vieron en la necesidad de instalarse en centros de evacuación y 15.000 casas se vieron privadas del servicio de agua, mientras que 14.000 hogares se quedaron sin luz.
Por otra parte, el medio el Sol de México también trae a colación las lluvias en Dubái que se desataron en el mes de abril, sobre todo, en lo que comprende la zona de los Emiratos Árabes (EAU).
“Se vio afectada por las lluvias más intensas en 75 años. En un inicio, se dijo que la intensidad de las lluvias había sido provocada por la siembra de nubes, sin embargo, expertos árabes aseguraron que, la lluvia atípica que paralizó a miles de personas, fue por el poder de la tormenta ‘Hadir’”, refiere el Sol de México.
En agosto las erupciones volcánicas sacudieron a Islandia, cuyas emisiones de dióxido de azufre llegaron a afectar a Europa.
“La erupción volcánica producida el viernes 22 en la península de Reykjanes, Islandia, creó una columna de dióxido de azufre que se ha desplazado hacia Europa, aunque las concentraciones de este compuesto no alcanzan el umbral de exposición recomendado en la Unión Europea, según el Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copérnico (CAMS)”, informó EFE en su momento.
Otro hecho que afectó a Europa fue la Dana en Valencia, España. Lo que provocó 223 muertos y sus secuelas aún afectan a la comunidad de dicho país, como las pérdidas económicas, especialmente en el área de supermercados que experimentaron una pérdida de 95 millones de euros.
Estados Unidos también se vio afectado por la estela que dejó los desastres naturales, especialmente con la llegada de Helen (100 muertos) y Milton (16 bajas civiles).
“Si bien, afortunadamente, se evitó el peor de los casos con esta tormenta, aún trajo destrucción y daños en varias partes del estado”, indicó Ron DeSantis, gobernador de Florida tras el paso de Milton en octubre.
Helen, por su parte, provocó al menos la desaparición de 600 personas en Florida, Georgia, las Carolinas, Tennessee y Virginia.
Desastres forestales en América
A la lista de desastres naturales se suman los incendios forestales que afectaron a diversos países del continente americano.
Según la agencia de noticias EFE, Canadá experimentó un ciclo de incendios “históricamente severos”.
“En mayo, la Columbia Británica registró emisiones de carbono estimadas en 13,5 megatoneladas, el total más alto para ese mes según Copernicus, el programa de observación de la Tierra liderado por la Unión Europea (UE) en colaboración con la Agencia Espacial Europea (ESA) y otras instituciones”.
Bolivia tampoco fue ajena a la racha de destrucción provocada por los incendios forestales, especialmente con un total de 9,8 millones hectáreas calcinadas.
“El 60 % de la superficie arrasada eran bosques. Las emisiones récord afectaron a la calidad del aire y superaron durante meses los estándares de partículas PM2.5 (partículas finas suspendidas en el aire con un diámetro igual o inferior al de 2,5 micrómetros) recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, resalta el medio consultado.
A Brasil tampoco le fue mejor este año, ya que la Amazonía y el Pantanal se vieron enormemente afectadas, especialmente tras la emisión masiva de gases de invernaderos y la cotidianidad de las comunidades indígenas que imperan por la zona y necesitan de estos ecosistemas para poder subsistir.
“En estos desastres medioambientales se liberaron 176,6 megatoneladas y 18,8 megatoneladas de carbono respectivamente, las más altas registradas por Copernicus”.
Otras regiones latinoamericanas afectadas por los incendios forestales fue Chile, siendo las zonas rurales y los bosques las áreas más afectadas, especialmente si se toma en cuenta la sequía y los fuertes ventarrones.
“Las comunidades locales enfrentaron evacuaciones masivas y los recursos de emergencia se vieron desbordados”, apuntó EFE.
Argentina, específicamente la región de Córdoba y el Delta del Paraná, sufrieron de graves incendios suscitado por prácticas agrícolas negligentes y fuertes períodos de sequía.
“Solo en la provincia de Córdoba, hasta octubre pasado se quemaron 100.000 hectáreas, y los ambientalistas dicen que la mayoría fueron provocados”, indica la fuente noticiosa.
Paralelo a ello, los incendios forestales también atentaron contra los ecosistemas de Venezuela, Colombia, Paraguay y Perú.
“Enfrentaron escenarios de emergencia. En muchos casos, los incendios fueron causados o agravados por actividades humanas como la expansión agrícola, la deforestación ilegal y el manejo inadecuado de residuos”, sostuvo el medio.
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