Nayzai Saavedra/ Diario 2001
La violencia no es un aspecto ajeno al entorno de los niños, niñas y adolescentes. De hecho en la última década ha habido un aumento significativo del número de menores de edad que son víctimas de situaciones violentas o que se han convertido en victimarios.
Fernando Pereira, directivo del Centro Comunitario de Aprendizaje (Cecodap), indicó que el entorno familiar es vital para evitar que los chamos se conviertan en delincuentes o sean involucrados en hechos irregulares.
Hogares
Según el representante de Cecodap, hay dos clases de hogares que son tóxicos para el crecimiento de niños, niñas y adolescentes.
Esos son los especialmente permisivos o desvinculados y los que son extremadamente estrictos en donde se cae en el maltrato, ya que ambos pueden generar distorsiones de las conductas y de la forma en la que se percibe y se interactua en la sociedad. “Es fundamental entender que cuando llegamos a la adolescencia ya se está expresando las consecuencia, de lo que se ha sembrado durante años”, indicó Pereira.
Recomienda que haya un binomio entre la autoridad y el afecto para fomentar respeto para no crear adolescentes resentidos que buscan desquitarse con los demás.
Lea más en su Diario 2001 de este viernes 5/06/2015