jheilyn cermeño
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Cada año en Semana Santa es tradición sacar en procesión la imagen sufrida de Jesucristo cargando la cruz, que evoca el Nazareno de San Pablo y que refleja la fe y agradecimiento por el cumplimiento de algún milagro.
En horas de la mañana de este lunes Carmen González tomó un autobús desde Higuerote, estado Miranda, a la ciudad de Caracas para visitar en la Basílica de Santa Teresa la imagen del cristo con atuendos morados y perdirle “una ayudaíta” para que su hijo mayor consiga un trabajo.
“Desde que se graduó el año pasado de ingeniero no ha podido ejercer la carrera, la situación del país no se lo ha permitido. Desde niña mi mamá me inculcó la fe por él, por eso confío que me lo cumplirá”, dijo.
También Luis Mejías, que pese a que está laborando de forma estable, desea algo mejor y quiere montar su negocio propio.
Caso opuesto es el de Carolina Moro, quien trae a su sobrina en brazos y pide por la salud de la pequeña. “Ella nació prematura y su condición ha sido de cuidado, el domingo tras recibir las palmas vi al Santo y algo me atrajo, por eso la traigo”.
Ramona Querres visita al Santo por tradición y por una enfermedad que padece desde hace seis meses.
Invitación
Robin Zambrano, vicario parroquial de Santa Teresa, exhortó a la población a renovar su fe y acompañar al cristo sanador.
Lea más en su Diario 2001
2015-03-31