EFE
Las autorizaciones para retomar los ensayos clínicos del corazón totalmente artificial diseñado por una empresa francesa serán presentadas en las próximas semanas, casi dos meses después del fallecimiento del primer paciente implantado, indicó la sociedad que lo creó.
El presidente de la empresa Carmat, Alain Carpentier, padre de esta prótesis revolucionaria, indicó en una entrevista que hoy publica "Le Quotidien du médecin" que su validación precisa de cuatro trasplantes.
"Los ensayos clínicos afectan a cuatro pacientes. Las conclusiones serán comunicadas en virtud de la reglamentación vigente", señaló Carpentier.
El científico, puntero en la creación de prótesis elaboradas a partir de tejidos biológicos, se mostró molesto con la forma en la que se ha llevado la comunicación sobre el corazón artificial.
Según Carpentier, "no es habitual" que se informe del estado de cada uno de los pacientes sometidos a un ensayo clínico.
Pero la expectación que despertó el corazón artificial de Carmat levantó una gran atención mediática, que se tradujo en un seguimiento del primer paciente trasplantado.
Éste, un enfermo de 76 años con insuficiencia cardiaca crónica, falleció en marzo pasado, dos meses y medio después de que se le implantara el corazón artificial de Carmat, sin que por el momento se hayan comunicado las causas de su muerte.
Carpentier afirmó desconocer las conclusiones de las dos comisiones de investigación encargadas de analizar los motivos de su muerte.
Pese a ello, el científico se mostró partidario de seguir adelante con los ensayos clínicos con vistas a la validación de su prótesis y con el objetivo de mejorarla si es posible a partir del estudio de los trasplantes efectuados.
Para Carpentier, el corazón artificial no es una alternativa a las donaciones, sino un complemento destinado a paliar la falta de corazones naturales.
En el momento en el que la prótesis muestre su eficacia, explicó el médico, sería normal que la Seguridad Social reembolsara su trasplante.
El trasplante del primer corazón totalmente artificial en un paciente tuvo lugar en el hospital Georges-Pompidou de París el pasado 18 de diciembre, y suscitó una gran atención porque abría la puerta a la curación de miles de enfermos cardiacos que no tienen acceso al órgano de un donante.
Elaborado a partir de tejidos biológicos para reducir el riesgo de rechazo, el corazón está concebido para funcionar de forma autónoma y es fruto de quince años de investigación.
La prótesis genera una circulación sanguínea a nivel fisiológico para imitar a la perfección el funcionamiento de un corazón humano, adaptando de forma autónoma su ritmo a la actividad del portador sin necesidad de un control externo, indica Carmat.
La prótesis está desarrollada a partir de los componentes, a menudo de origen animal, de las válvulas cardiacas concebidas por el profesor Carpentier, lo que resuelve problemas de rechazo.
Además, está dotada de sensores electrónicos y de un complejo sistema electromecánico que detectan si el paciente está de pie, sentado o tumbado, y miden la presión venosa y arterial ligada a su actividad, lo que permite adaptar la frecuencia cardiaca y el fluido a las diferentes situaciones.
La prótesis es el resultado del trabajo de un equipo multidisciplinar en el que, además de la experiencia médica de Carpentier, participaron ingenieros del consorcio aeronáutico europeo Airbus Group.
2014-04-28