César Arnetta / @cesararnetta
La fuga del Chapo Guzmán tiene conmocionada a la sociedad, pero no es la única fuga impactante que se haya realizado, sin contar la de Alcatraz que fue inmortalizada en el cine. Muchos de estos escapes demuestran una gran destreza.
Jhon Herbert Dillinger ganó el apodo de “El enemigo público número uno” por sus atracos a bancos, en los años 30 del siglo pasado. En 1934 el delincuente fue encarcelado en Crown Point, Indiana. Pero unos meses después, el ladrón logró una de las huidas más humillantes que haya sufrido la policía de Estados Unidos. Dillinger fabricó una pistola falsa con un trozo de jabón y amenazó a los guardias para que lo dejaran libre. La prensa registro la penosa hazaña y se convirtió en un icono popular.
Jay Junior Sigler sufría porque de pequeño su madre lo castigaba mucho, esto produjo su conducta rebelde. Un día Jay Junior fue retenido por la policía estatal. En 1998 cumplía el octavo de sus 20 años de condena, y un día un camión de dieciocho ruedas chocó contra una de las paredes de la prisión, donde Jay Junior estaba recluido. Quien lo libero fue un amigo suyo que conducía el camión. Detrás del camión había un carro que conducía la madre del recluso y todos saltaron a su coche y escaparon.
A principios del siglo XXI el francés Pascal Payet cumplía una condena de 30 años en la prisión Luynes, que queda en el centro de Francia. A Payet se le hacía un martirio estar encarcelado. Descubre que su única vía de escape es a través de los cielos; entonces, llama a uno de sus amigos que los rescaten en un helicóptero. La policía francesa no pudo reaccionar a tiempo y salió fácilmente.
El coreano Choi Gap-Bok, maestro en la disciplina oriental del yoga, fue arrestado en el 2002. Lo acusaron de robo y lo encerraron en una pequeña celda. Gap-bok se untó aceite por todo el cuerpo e hizo una contorsión hasta salir por la pequeña apertura que los agentes usaban para introducirle una bandeja con comida. Es decir, un espacio rectangular con 13,7 cm de alto por 43 cm de ancho.
Jack Shepard era un astuto prisionero que nada podía detenerlo. Las primeras huidas las realizo con el truco de atar unas sabanas con otras. En otra se vistió de mujer engañando y seduciendo a los guardias. En la última de sus capturas fue atado por pesadas cadenas que abrió usando un clavo torcido, que habían dejado en la celda.
El avión del piloto germano-americano Dieter Dengler fue derribado durante la Guerra de Vietnam. Por fortuna el aterrizaje fue exitoso, aunque fue en medio de la jungla. El enemigo de guerra lo capturo y encerró. Dengler era un soldado con habilidades para escapar de prisiones, no tuvo problemas en salir de esa cárcel gracias a unos tablones flojos en la pared y que los guardias solían comer desarmados sin prestar atención a nadie. Pero el camino para salir por la jungla era peligroso y el soldado andaba en calzones. Muchas sanguijuelas y mosquitos le succionaban la sangre. No tuvo otra opción que ir a una aldea vietnamita a pedir alimentos, acto que termino en su muerte por varias puñaladas que le propiciaron los aldeanos. Información recogida de Clarin