AP
Una provocativa muestra con muñecas Barbie y muñecos Ken vestidos como vírgenes, cristos, santos populares argentinos y figuras religiosas de otras culturas fue suspendida por las amenazas recibidas de fanáticos religiosos, denunciaron los artistas creadores de la obra.
La inauguración de "Barbie: The Plastic Religion", de Emiliano Paolini, de 31 años, y Marianela Perelli, de 35, estaba prevista el sábado en la galería POPA de Buenos Aires, con la exhibición de 33 piezas únicas de Barbie transformadas en la Virgen María, la de Guadalupe (patrona de México) y la de Luján (patrona de Argentina) y la Difunta Correa, una santa popular no reconocida por la Iglesia Católica.
El cristo Crucificado, la diosa hindú Kali y Buda son otras figuras representadas por los artistas de surrealismo pop.
"Recibimos amenazas de varias partes del mundo; es una locura…han malinterpretado nuestro trabajo", dijo Paolini en entrevista telefónica con The Associated Press.
La controversia remite a lo sucedido en 2004 con la muestra "La civilización Occidental y Cristiana", del reconocido artista plástico León Ferrari (1920-2013). Fanáticos religiosos dañaron parcialmente su trabajo, mientras el Papa Francisco, entonces arzobispo de Buenos Aires Jorge Bergoglio, calificó la obra de Ferrari como una "blasfemia".
Paolini y Perelli se identifican con el movimiento artístico Lowbrow o también llamado surrealismo pop y dicen haber ideado la muestra a partir del canon de belleza actual. "Siempre la religión representó a las vírgenes con las mujeres más bellas; hoy la mujer más bella es la Barbie," afirmó Paolin. Los artistas señalaron que en la época de Miguel Ángel las vírgenes eran más robustas, en el medioevo eran más estilizadas y ahora las mujeres se asemejan más a la Barbie.
"Estamos preocupados con este fanatismo inquisitivo", señaló Pool, quien indicó que él y su colega retiraron las fotos de las Barbies de su página de Facebook.
En un post de la red social que anunció el cierre de la muestra los artistas señalaron que "cada pieza fue hecha desde el amor puro y un profundo respeto; francamente no entendemos por qué nos atacan".
Paradójicamente, los artistas se definen como religiosos. Paolini tiene la palabra Dios tatuada en la mano y Perelli, quien se bautizó por elección en su adolescencia, siempre lleva un collar con la figura de la Virgen de Guadalupe. "Tenemos un santuario en la cocina que tiene más santos que el Vaticano," señaló Paolini.
Daniel Rojas, administrador del santuario de la Difunta Correa que depende del gobierno de la provincia de San Juan, dijo a la AP que las autoridades están instrumentando una demanda contra los artistas para que "no muestren nunca ni se fabrique" la imagen de la Difunta Correa, una joven que murió de sed en un desierto del noroeste argentino y cuyo pequeño hijo sobrevivió tomando leche de su pecho.
"El arte. Como quieran, pero la Difunta Correa se patentó para evitar este tipo de cosas", dijo Rojas.
Pero los artistas insisten en que nunca quisieron herir la sensibilidad de los creyentes. "Independientemente de la religión, sentimos mucho dolor, sentimos que otra vez el que sangra es el arte", afirmaron en su post de Facebook.
2014-10-10