LaLiga fue la envidia del mundo. Por años, la rivalidad entre Leo Messi y Cristiano Ronaldo la colocó en la cima deportiva del fútbol mundial. Pero, mientras el campeonato español brillaba en la cancha, la Premier League británica construía una maquinaria económica que hoy la ha superado por completo.
La brecha es abismal y los números lo demuestran. En la última temporada, el campeonato inglés generó €6.440 millones, duplicando los €3.250 millones de LaLiga. Esta diferencia de ingresos se refleja en el mercado de fichajes, donde la Premier gasta casi cinco veces más que el campeonato español.
La base de esta superioridad se remonta a 1992, cuando la Premier League tuvo la visión de centralizar sus derechos televisivos. Mientras Inglaterra construía su imperio, LaLiga mantuvo un modelo individual que la dejó con una desventaja de más de dos décadas, sin poder capitalizar su dominio deportivo.
Este rezago se nota en el mercado internacional, donde la Premier hoy recibe más de €2.000 millones en derechos, mientras que LaLiga apenas supera los €1.000 millones. Además, la distribución de este dinero es más equitativa, lo que garantiza una mayor competitividad y hace que la liga sea más atractiva para el aficionado global.
El fútbol inglés se ha beneficiado de un modelo de propiedad abierto a los inversionistas extranjeros. Esta política ha convertido a sus clubes en imanes para el capital global, lo que se traduce en un mayor músculo financiero para competir por los mejores talentos del mundo.
En esencia, el triunfo de la Premier League es la victoria de un modelo de negocio sobre el deportivo. Con una gestión unificada y una estrategia de marketing global, el fútbol británico se ha convertido en un verdadero espectáculo que genera una brecha económica que LaLiga parece ya incapaz de cerrar.
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