En Hollywood, la fama y el talento suelen ser la carta de presentación de cualquier actor, pero hay quienes decidieron no conformarse con el brillo de la pantalla grande y buscaron algo más: un título universitario. Estas estrellas demostraron que es posible combinar la exigencia académica con la presión del cine y la televisión, construyendo carreras que brillan tanto en los sets de filmación como en las aulas.
Natalie Portman: talento precoz y mente brillante
Natalie Portman saltó a la fama siendo apenas una adolescente con la película Léon: El profesional (1994), consolidándose luego con su papel en la saga Star Wars y más tarde ganando el Oscar por Cisne Negro (2010). A lo largo de su carrera, ha sido reconocida tanto por su talento actoral como por su elegancia y compromiso social.
Paralelamente a su carrera, Natalie decidió estudiar Psicología en Harvard, graduándose en 2003. Esto ocurrió durante su ascenso en Hollywood, lo que demuestra su capacidad para equilibrar la actuación con estudios universitarios exigentes. Su formación académica, según ella misma ha dicho, le ha ayudado a comprender la psicología de los personajes que interpreta y a profundizar en su arte.
Dolph Lundgren: el villano que ama la ciencia
Dolph Lundgren es mundialmente conocido por interpretar a Ivan Drago, el icónico rival de Rocky Balboa en Rocky IV (1985), y por sus papeles en películas de acción como Los Inmortales (1986) y Los Mercenarios. Su imagen de musculoso y duro actor de acción contrasta con su verdadera pasión: la ciencia y la ingeniería.
Antes de triunfar en Hollywood, Lundgren estudió Ingeniería Química y obtuvo un máster en el Instituto Real de Tecnología de Estocolmo, incluso ganando una beca Fulbright. Esto ocurrió antes de convertirse en estrella, lo que significa que llegó a Hollywood con un sólido respaldo académico, demostrando que su fuerza y su intelecto iban de la mano.
Rowan Atkinson: Mr. Bean con cerebro de ingeniero
Rowan Atkinson se convirtió en un fenómeno global gracias a su personaje Mr. Bean y a la serie Blackadder. Su humor físico y meticuloso lo ha hecho un referente de la comedia británica y un ícono en todo el mundo. Su capacidad para generar risas ha trascendido generaciones y fronteras.
Antes de su carrera actoral, Rowan estudió Ingeniería Eléctrica en Newcastle University y obtuvo una maestría en Oxford. Su formación académica ocurrió previo a su salto a la fama, y muchos expertos creen que su mente analítica influyó en la perfección y el detalle de su humor, demostrando que detrás del payaso silencioso hay un ingeniero meticuloso.
Hugh Laurie: de la literatura al drama televisivo
Hugh Laurie es reconocido mundialmente por su interpretación del Dr. Gregory House en la serie House M.D., así como por sus papeles en comedias británicas como A Bit of Fry & Laurie. Su versatilidad lo ha convertido en un actor admirado tanto en drama como en comedia.
Laurie estudió Literatura Inglesa en la Universidad de Cambridge antes de consolidar su fama, participando en producciones teatrales universitarias que le permitieron pulir su talento. Esta formación académica le dio una base sólida para entender la narrativa, la construcción de personajes y el humor sofisticado que caracteriza gran parte de su obra.
Emma Watson: magia y letras
Emma Watson se convirtió en un ícono mundial gracias a su papel de Hermione Granger en la saga Harry Potter, consolidando su fama desde la infancia. Su personaje fue admirado por millones de fans y la posicionó como referente de inteligencia y dedicación en la ficción.
Emma decidió estudiar Literatura Inglesa en la Universidad de Brown durante los años en que seguía trabajando en cine, mostrando que podía equilibrar el rodaje de películas con la universidad. Además, su educación reforzó su activismo feminista y su capacidad para asumir roles más complejos dentro y fuera de la pantalla.
Jodie Foster: talento precoz con formación académica
Jodie Foster inició su carrera en el cine siendo una niña, destacándose por su papel en Taxi Driver (1976), que la convirtió en una de las actrices más prometedoras de su generación. Posteriormente, obtuvo reconocimiento por El Silencio de los Inocentes (1991), con la que ganó su segundo Oscar, consolidando su lugar en Hollywood.
A pesar de su temprana fama, Jodie decidió estudiar Literatura en Yale durante sus años de carrera, graduándose con honores. Esta formación le permitió abordar papeles complejos con una perspectiva crítica, combinando su instinto actoral con un intelecto sólido, convirtiéndola en una de las artistas más completas del cine contemporáneo.
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