Cuba asumió esta semana la presidencia de la Celac,una decisión histórica de la región que abre una puerta a la isla ante los cambios que se suceden en su interior y la pasividad de Estados Unidos, según estimaron a la AFP analistas en Washington.
Estados Unidos, que no es miembro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), encajó la noticia oficialmente sin pestañear.
“Estas organizaciones subregionales pueden servir a los intereses de sus miembros pero todo país debe decidir por sí mismo si le sirve a sus valores e intereses”, declaró a la AFP William Ostick, portavoz para América Latina del Departamento de Estado.
“Estados Unidos está tomando nota del cambio de presidencia en la Celac”
“Nosotros seguimos pensando que la OEA (Organización de Estados Americanos) es la primera organización multilateral (de la región) y concentramos nuestros esfuerzos ahí”, añadió.
Washington no considera esa presidencia cubana un desaire hacia su controvertida política con la isla, dominada desde hace más de 50 años por un embargo comercial que no parece que vaya a remitir a corto plazo.
“Estados Unidos está tomando nota del cambio de presidencia en la Celac, pero no lo ve como un organismo muy eficaz”, considera Michael Shifter, presidente del centro de análisis Diálogo Interamericano.
“Es una iniciativa diplomática por parte de la región para asegurarse de que Cuba no sigue aislada, para tener un papel en cualquier proceso de cambio” en la isla, considera Chris Sabatini, director de política en el Consejo de las Américas, una organización con sede en Nueva York.
“Es una iniciativa diplomática por parte de la región para asegurarse de que Cuba no sigue aislada”
“Lo que reveló la reunión de Chile (donde Cuba asumió su cargo el lunes) son profundas divisiones dentro de Celac, que refleja una Latinoamérica mucho más variada de que lo que se cree”, añadió Shifter.
Pero la presidencia cubana, que significa que bloques como la Unión Europea deban gestionar sus relaciones con la Celac a través de un país contra el que tienen embargo, es también un mensaje para Washington.
“Es una crítica al fracaso de Estados Unidos” para promover cambios en Cuba, añade Sabatini.
Pero la Celac no cambiará nada de la política en Washington de la misma manera que La Habana sólo aceptó su papel porque no hay un documento como la Carta Interamericana de Derechos Humanos que le pueda obligar a nada, creen los expertos.
La Celac no cambiará nada de la política en Washington
“En cambio (la relación Estados Unidos-Cuba) viene de otras dinámicas”, cree Shifter.
La llegada del senador John Kerry al Departamento de Estado en sustitución de Hillary Clinton no puede tampoco cambiar la política estadounidense, una decisión en manos de la Casa Blanca, a causa del bloqueo en el Congreso, señala Sabatini.
“Va a requerir decisiones ejecutivas para suavizar regulaciones o reinterpretar regulaciones”, como hizo Obama con la decisión de conceder más posibilidades de viajar a la isla y de enviar más remesas./ afp