El Ato Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, António Guterres, condenó hoy el ataque con cohetes contra el campamento Liberty, en Irak, en el que murieron al menos cinco personas y varias docenas resultaron heridas.
"Condeno con la mayor dureza este ataque. Las personas que viven en el campamento Liberty son solicitantes de asilo que actualmente son refugiados, y por lo tanto gozan de protección internacional. Este fue un despreciable acto de violencia", señaló Guterres en un comunicado.
Al menos cinco miembros de la organización opositora iraní "Muyahidín Jalq" (combatientes del pueblo) murieron hoy en un ataque con cohetes perpetrado contra el campamento Liberty.
Otras 45 personas resultaron heridas después de que una veintena de cohetes "katiusha" lanzados desde un área ubicada al noroeste de Bagdad impactaran en el campamento Liberty, al suroeste de la capital.
"Hago un llamamiento al Gobierno iraquí para que haga todo lo necesario para asegurar la seguridad de los residentes del campamento. Los responsables del ataque deben ser llevado ante la justicia con premura", agregó Guterres.
Asimismo, el Alto Comisionado solicitó al resto de países que ayuden para encontrar una solución para los residentes del campamento.
Los militantes de la organización "Muyahidín Jalq" residían en el campo de refugiados de Ashraf, en la provincia oriental iraquí de Diyala, pero fueron trasladados en los últimos meses al de Liberty, a las afueras del aeropuerto internacional de Bagdad, como un primer paso para sacarlos de Irak.
Los miembros de ese grupo, creado en 1979 con el triunfo de la revolución islámica en su país, fueron acogidos y protegidos por Sadam Husein en Irak, desde donde lanzaban ataques contra Irán, que les consideró terroristas, y aunque en 1990 depusieron las armas, algunos países aún los mantienen en su lista negra. EFE