Los católicos de Argentina vivieron hoy el Viernes Santo con renovado fervor religioso en distintos puntos del país, en la primera Semana Santa tras la elección de su compatriota, Jorge Bergoglio, como sumo pontífice de la Iglesia católica.
Una de las representaciones del Vía Crucis con mayor participación se vivió en la noche de hoy en las calles de Buenos Aires, ciudad de la que Bergoglio fuera arzobispo hasta el pasado 13 de marzo, cuando fue elegido papa.
El Vía Crucis, en el que tradicionalmente participó el exarzobispo porteño, congregó a una multitud en la Avenida de Mayo, uno de los principales paseos de la capital argentina, desde la Plaza de los dos Congresos, frente a la sede del Parlamento, hasta la Plaza de Mayo, frente a la catedral de Buenos Aires.
El "camino de la cruz", organizado conjuntamente por la Asociación Amigos de la Avenida de Mayo y el Arzobispado de Buenos Aires, fue presidida por el Cristo de "Buen Amor" y la imagen de la Virgen Dolorosa, más una cruz penitencial de 15 metros de largo, y un peso de 130 kilos.
El presidente de la Asociación Amigos de la Avenida de Mayo, Manuel Pérez Amigo, contó a Efe que en las últimas diez ediciones de este Vía Crucis Bergoglio participó "como un feligrés más del pueblo, apareciendo solo, por detrás de la gente, para prenderse de la cruz penitencial".
Se trata del mismo Bergoglio que en una carta pastoral, escrita el pasado 25 de febrero, poco antes de partir a Roma para el cónclave, pidió, especialmente para esta Semana Santa, trabajar "para lograr que la Iglesia esté en la calle tratando que se manifieste más la presencia de Jesús vivo".
La figura del religioso estuvo igualmente presente en esta edición del Vía Crucis porteño, en las expresiones de los fieles, que rezaron especialmente por las intenciones de Francisco, cuya llegada a la silla de Pedro ha generado una verdadera conmoción en Argentina.
"He estado hablando con diversos sacerdotes en estos días y todos notan en las iglesias una asistencia fuera de lo común. Mucha gente que se había alejado de la Iglesia, ante los mensajes y los gestos del papa sobre la humildad y la pobreza, está volviendo a acercarse", dijo a Efe Pérez Amigo.
El Arzobispado de Buenos Aires ha dispuesto especialmente para la Semana Santa que en todas las iglesias se rece en acción de gracias por "el regalo del Papa Francisco".
El fervor religioso y las plegarias por el Santo Padre también se evidenciaron en otros puntos de Argentina, aunque una de las expresiones más originales de este Viernes Santo se concretó en la ciudad de Puerto Madryn (1.470 kilómetros al sur de Buenos Aires), donde se realizó el ya tradicional Vía Crucis submarino.
El recorrido, promovido por la Secretaría de Turismo local, se hizo con once paradas en tierra, en la ciudad y en la playa, y tres en el mar, animado por el sacerdote Juan Gabriel Arias, con la asistencia de buzos profesionales y feligreses que incluso acompañaron la procesión con botes y kayacs.
Con escafandra, traje de neopreno, túnica y estola sacerdotales con plomos en el ruedo, el padre Arias guió la cruz hasta unos ocho metros de profundidad, donde rezó también por el Papa Francisco.
Arias contó a Efe que, como ejerce su ministerio sacerdotal en Buenos Aires, fue el exarzobispo de la capital argentina quien le dio la autorización para hacer este Via Crucis tan particular, una iniciativa que "le gustó" a Bergoglio.
"Hay gente que no iría a un Vía Crucis tradicional y sí se acerca a éste. Y así el mensaje de Jesús llega a más gente. Se trata de buscar nuevas maneras de anunciar a Jesús", dijo Arias, quien, haciéndose eco del pedido de Francisco, más allá de las calles, de las "periferias", lleva a Jesús hasta el fondo del mar. /EFE