Los bomberos australianos no podrán tomarse ningún descanso este fin de semana en Australia, donde se esperan temperaturas de hasta 47 grados y aún hay más de cien incendios activos, según informó hoy la portavoz de los bomberos del estado de Nueva Gales del Sur, Bridie O’Connor.
Los fuertes vientos y las altas temperaturas aumentan el riesgo de nuevos focos. Catorce de los incendios están aún fuera de control, según la portavoz. Unas 70.000 personas, la mayoría voluntarios, lucha contra las llamas.
Pese a ello, el peligro sigue siendo alto. "Ninguna zona es inmune. El Estado tiene que permanecer en alerta. En todas partes hay material extremadamente seco y combustible. Realmente es muy fácil que se inicie el fuego", dijo el jefe de bomberos Shane Fitzsimmons.
Durante la ola de calor récord de enero, con temperaturas de más de 40 grados, los rayos iniciaron cientos de incendios, mientras que otros fueron provocados. El fuego destruyó viviendas, mató a miles de piezas de ganado y acabó con grandes zonas cultivadas. En Nueva Gales del Sur se estima que el terreno arrasado llega a las 370.000 hectáreas, el tamaño de una isla como Mallorca.
En Tasmania, las llamas destruyeron la semana pasada 126 casas y ardió en torno al uno por ciento de la superficie total de tierra. Poco a poco los residentes empiezan a regresar a sus hogares./DPA
(NU)