El primer ministro del Reino Unido, David Cameron, viajó este jueves a Libia, una semana después de que el Ministerio británico de Relaciones Exteriores advirtiera sobre los peligros que implica viajar a la ciudad de Bengasi.
El jefe de gobierno británico arribó a la capital libia, Trípoli, en un viaje no anunciado previamente, donde visitó una academia de policía. "Para construir una nueva Libia no tendrán un mejor amigo que el Reino Unido. Estaremos junto a ustedes en cada paso del camino", manifestó Cameron ante cadetes de la academia policial.
A continuación, Cameron se reunió con el primer ministro del gobierno de transición libio, Ali Seidan.
Cameron dijo que el Reino Unido ayudará a Libia con programas de formación y asesoramiento para que las fuerzas de seguridad libias puedan controlar la situación de seguridad extremadamente difícil en el país.
Seidan calificó a Cameron como "amigo" y aseguró que los problemas de seguridad en su país no son tan grandes como sostienen algunos gobiernos occidentales. Como ejemplo de esta tesis mencionó el hecho de que el propio Cameron había viajado a Trípoli. Durante su breve visita a la capital libia, Cameron también paseó por la emblemática Plaza de los Mártires, en el centro de la ciudad.
Según medios locales, un artefacto explosivo estalló en la mañana del jueves junto a una comisaría de policía en la ciudad portuaria de Bengasi, en el este del país, sin causar heridos.
Varios países habían recomendado la semana pasada a sus ciudanos que abandonaran Bengasi, donde en septiembre de 2012 extremistas islamistas mataron al embajador de Estados Unidos, Christopher Stevens, y a otros tres estadounidenses.
Durante una conferencia de prensa conjunta con Seidan, el premier británico expresó la esperanza de que la Libia posrevolucionaria halle respuestas a cuestiones nunca esclarecidas de los tiempos de la dictadura de Muamar al Gadafi, como el atentado perpetrado en diciembre de 1988 contra un avión de la compañía estadounidense PanAm, que se precipitó sobre la localidad escosesa de Lockerbie, con 270 muertos, o el supuesto apoyo de Gadafi a la organización clandestina antibritánica IRA en el conflicto de Irlanda de Norte.
Junto con Francia, el Reino Unido había encabezado en 2011 la operación militar para derrocar a Gadafi.
El miércoles, Cameron había visitado Argelia, donde prometió mayor cooperación en seguridad después de la muerte de 37 trabajadores extranjeros, entre ellos seis británicos, en una toma de rehenes perpetrada por milicianos islamistas en un yacimiento de gas. /DPA
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