El nuevo Gobernador del Banco de Japón (BOJ), Haruhiko Kuroda, calificó hoy la deuda pública del país, que supone el doble de su producto interior bruto (PIB) y es la mayor de entre las economías industrializadas, como un problema "anormal" que "no es sostenible".
Kuroda alertó en una sesión parlamentaria sobre el problema crónico que arrastra la tercera economía del mundo, al mantener una política que permite que la deuda pública siga creciendo y continúe siendo "extremadamente alta".
"A pesar de eso, el mercado de deuda estatal se ha mantenido estable, lo que me hace pensar que la confianza del mercado en la gestión fiscal de Japón se mantiene", precisó en declaraciones recogidas por el diario económico Nikkei.
Defendió su objetivo de fomentar una política de flexibilización monetaria para acabar con la persistente deflación del país acompañada de medidas de estímulo del Gobierno a corto plazo, algo que considera una medida apropiada.
No obstante, avisó de que la pérdida de confianza en la economía de Japón o en la deuda pública, puede generar "inestabilidad" en el mercado de bonos estatales o provocar el aumento de su rendimiento, algo que provocaría "un impacto muy negativo en la política económica y monetaria".
El pasado martes, Kuroda, de 68 años, ya anunció que bajo su mandato el BOJ barajará "todas las opciones" para impulsar la economía japonesa, que intenta dejar atrás la recesión técnica, sin descartar la compra de deuda estatal a cinco años o con mayores vencimientos.
Sus anunciadas medidas de estímulo buscan alcanzar una inflación del 2 % interanual en un periodo cercano a dos años.
Además, Kuroda pidió la colaboración del Gobierno para aumentar la demanda pública y estimular así la subida los precios y poder alcanzar una revitalización fiscal a medio y largo plazo que evite que suban los intereses de los bonos del Estado ante una posible "pérdida de confianza" de los inversores.
Con los tipos de interés prácticamente a 0 desde hace más de dos años, la principal herramienta de estímulo del BOJ es su programa de compra de activos, un mecanismo que le sirve para inyectar liquidez al sistema y que en 2012 amplió hasta en cuatro ocasiones. /EFE