En unos comicios presidenciales más sucios de lo que se hubiera imaginado, los checos acudieron a las urnas en la primera jornada de las presidenciales para decidirse entre un ex comunista de 68 años y un aristócrata europeísta de 75 años.
Al cierre de los colegios electorales a las 21.00 GMT se ha registrado una participación de en torno al 40 %, algo más que en la primera vuelta hace dos semanas. Mañana los checos podrán ejercer su derechos al voto entre las 7.00 y las 13.00 horas GMT.
Se esperaba un duelo de caballeros entre el ex primer ministro socialdemócrata Milos Zeman y el actual titular de Exteriores de sangre azul, Karel Schwarzenberg, pero la airada confrontación continuó hoy incluso tras la apertura de los colegios electorales.
El diario de más tirada del país, el sensacionalista "Blesk", publicó un anuncio a toda página en el que se desaconsejó el voto a Schwarzenberg, tildándolo de vasallo de los "alemanes de los Sudetes", en referencia a los checos de habla germana expulsados del país tras la Segunda Guerra Mundial.
El "príncipe", como se le conoce por su título nobiliario, avisó que pondría una demanda al diario por violar la ley electoral, pues ésta prohíbe ocultar el nombre del anunciante tanto en una campaña negativa como positiva.
Podría incluso impugnar la celebración de los comicios si se considera que esa campaña tiene un efecto decisivo en las urnas.
Detrás del anuncio está el abogado Vladimír Zavadil, al que los medios checos atribuyen una antigua colaboración con la policía política comunista (stb).
El equipo electoral de Zeman, que días atrás llamó nazi a la familia de Schwarzenberg y luego tuvo que retractarse, se distanció del citado anuncio de "Blesk".
Esta cuestión histórica, la de los nazis y la expulsión de la población de habla alemana tras la Segunda Guerra Mundial, se convirtió en protagonista de la campaña, sobre todo cuando Schwarzenberg criticó de forma clara la salida forzosa de tres millones de personas de suelo checoslovaco.
Ni siquiera salió en su defensa el primer ministro conservador, Petr Necas, socio de Schwarzenberg en el Ejecutivo de coalición.
"Ha hecho lo indecible para que no lo votara, pero al final mi voto irá para Karel Schwarzenberg", dijo Necas al depositar su papeleta.
El jefe de Estado saliente, Vaclav Klaus, volvió también a echar leña al fuego al confirmar una noticia que saltó a los medios locales la víspera.
En ella el euroescéptico político praguense afirmaba que pensaría seriamente en emigrar si el jefe de la diplomacia checa salía elegido como su sucesor.
Zeman ha sabido explotar en el electorado ciertos prejuicios históricos contra los aristócratas y los alemanes -Schwarzenberg estuvo exiliado durante el comunismo en Alemania y Austria- y le ha retratado de forma sutil como un patricio que no es lo suficientemente checo ni patriótico.
Schwarzenberg, que se declara heredero del legado universalista del expresidente Vaclav Havel, de quien fue asistente y amigo, es el candidato favorito de los jóvenes, pese a definirse de centroderecha y ser el postulante de más edad.
Por su parte, el compositor y pintor Vladimir Franz, candidato de la primera vuelta que ganó espacio en las portadas mundiales con su cuerpo tatuado casi por completo, dijo sentirse utilizado por Zeman.
Franz, que sacó un 7 % de los votos hace dos semanas, mostró sus preferencias por el socialdemócrata, por considerarle más consistente y claro que el otro candidato, y expresó su desagrado por el tono "cursi" que Schwarzenberg ha imprimido a su campaña.
Pero no fue, según matizó el artista tatuado, una clara declaración de voto, si bien Zeman lo entendió como tal y se arrogó públicamente su apoyo.
Esto obligó al equipo electoral de Franz a salir a la palestra y expresar que, en realidad, el candidato más cercano a ellos es Schwarzenberg.
La asistencia a las urnas, en algunos casos, está resultando superior a la de la primera vuelta, donde al final se llegó a una participación del 62 %, pero hay localidades donde es relativamente baja, debido en parte a la abundante nieve que cubre el país.
Los analistas políticos coinciden en que el voto joven será clave en estos comicios, lo que puede beneficiar a Karel Schwarzenberg./EFE
(KC)