Al menos cinco insurgentes y dos miembros de las Fuerzas Aéreas indias murieron y otros seis resultaron heridos en un ataque contra base militar en el estado del Punjab, en el norte de país, donde aún continúan las operaciones para despejar la zona, informaron fuentes oficiales.
La acción fue lanzada sobre las 3.30, hora local (22.00 GMT) y desembocó en enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los insurgentes que se extendieron durante al menos cinco horas, dijo un subdirector general de la Policía provincial, H.S. Dhillon, a la agencia estatal PTI.
Una fuente de las Fuerzas Armadas indias indicó que, no obstante, la operación todavía está en marcha en la zona donde ocurrieron los hechos, Pathankot, situada a pocos kilómetros de la frontera con Pakistán.
Las plataformas de vigencia aérea "detectaron" a los atacantes en cuanto accedieron a la base, ya que las Fuerzas Aéreas estaban sobre aviso de un posible ataque y habían tomado medidas para repelerlo, indicó el Ministerio de Defensa en un comunicado.
"Los infiltrados fueron confrontados inmediatamente y confinados a un área limitada, evitando de este modo que entrasen en la zona técnica en la que están estacionados bienes de gran valor", detalló el departamento, al agregar que su objetivo era "posiblemente" destruir ese material.
Las Fuerzas Aéreas trabajan en coordinación con el Ejército, la Guardia de Seguridad Nacional y la Policía local, según la nota.
El portavoz de la Policía de Pathankot Naresh Singh confirmó que cinco atacantes fueron abatidos y al menos dos militares perecieron durante la acción.
"Pakistán es nuestro vecino y queremos paz, pero cualquier ataque terrorista contra la India obtendrá la respuesta adecuada", sentenció el ministro indio de Interior, Rajnath Singh, en declaraciones a la agencia local ANI.
El viceministro de esa cartera, Kiren Rijiju, dijo a periodistas, por su parte, que el Gobierno cuenta con información "creíble" que apunta a que la acción estuvo "patrocinada por algunos grupos del otro lado de la frontera".
Pakistán condenó el suceso en un comunicado y aseguró que sigue "comprometido" a colaborar con la India y otros países de la región para erradicar la amenaza terrorista.
El ataque se produce después de que el primer ministro, Narendra Modi, realizase la semana pasada la primera visita de un máximo mandatario indio a Pakistán en once años para reunirse con su homólogo, Nawaz Sharif, apenas dos semanas después de que ambos países acordasen iniciar un diálogo de paz.
Los acercamientos entre los dos países suelen derivar en violaciones al alto al fuego en la Línea de Control (LoC, frontera de facto) y en ocasiones en ataques insurgentes.
A finales del pasado julio, un grupo de atacantes con uniforme militar se atrincheraron durante 10 horas en una comisaría del Punyab, en una acción que causó la muerte a diez personas, entre ellas tres civiles, cuatro policías y tres asaltantes.
Aquel ataque, del que la India acusó a paquistaníes, se produjo en vísperas de una reunión entre los asesores de Seguridad Nacional de ambos países planeada para agosto y que finalmente fue cancelada a última hora en medio de acusaciones mutuas.
El Punjab es fronterizo con Cachemira, región disputada entre la India y Pakistán y su principal punto de enfrentamiento, por la que libraron dos guerras y varios conflictos menores desde la partición del subcontinente y la creación de ambos países en 1947. / Con información de EFE.
2016-01-02