Al menos 90 personas murieron el sábado en la provincia siria de Alepo por un ataque del régimen con barriles cargados con explosivos, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Los ataques desde helicópteros tenían como objetivo varias zonas residenciales bajo el dominio de los rebeldes y la mayor parte de las víctimas fueron civiles, entre ellos 13 niños.
La provincia de Alepo, en el norte del país, vive bajo un fuerte fuego cruzado. Las tropas del gobierno y los rebeldes luchan desde hace meses para controlar la capital, Alepo, la mayor ciudad de Siria.
Las organizaciones de derechos humanos han condenado reiteradamente el uso de las denominadas bombas de barril, cuyo uso es indiscriminado y que alcanzan a los civiles.
Este último ataque con bombas de barril llega un día después de que las delegaciones del gobierno y la oposición concluyeran una semana de negociaciones en Ginebra, sin lograr ningún avance para frenar la guerra civil.
Según el Observatorio, el conflicto se cobró ya la vida de al menos 136.000 personas.