A 40 años del derrocamiento de Salvador Allende, uno de sus antiguos asesores, el español Joan Garcés, relató que los intentos golpistas comenzaron en 1970, antes incluso de que el presidente socialista asumiera el poder en Chile.
"La dinámica golpista se inició no en el año 1973, sino inmediatamente después de las elecciones de septiembre de 1970″, postuló Garcés, que asesoró a Allende en el último año de su mandato.
El abogado participó desde Madrid, mediante videoconferencia, en un seminario celebrado en la Universidad Alberto Hurtado, en Santiago de Chile.
El primer intento golpista, según Garcés, se produjo el 25 de octubre de 1970 con el asesinato del entonces comandante en jefe del Ejército, René Schneider, a manos de un grupo de ultraderecha, como parte de un plan para evitar que Allende asumiera el poder el 4 de noviembre.
Hubo nuevos conatos de golpe en marzo y en octubre de 1972 y en junio de 1973, cuando se produjo el denominado ‘tanquetazo’, todos ellos sofocados con éxito por los militares que se mantenían leales al sucesor de Schneider, el general Carlos Prats.
Dos meses después, el 21 de agosto, se detectó la presencia de las esposas de seis generales en una manifestación en la que se proferían gritos contra Prats.
Éste, ante el intento frustrado de llamar a retiro a esos altos mandos, presentó su dimisión el día 23 y recomendó a Augusto Pinochet como su sucesor por considerarlo constitucionalista y leal.
El 11 de septiembre, un grupo de militares, con la complacencia de Pinochet, se alzó contra Allende, que ese mismo día iba a convocar un plebiscito para someter a aprobación un nuevo proyecto de constitución.
Sobre el papel de la Democracia Cristiana (DC) y de Patricio Aylwin, que a la postre se convirtió en el primer presidente (1990-1994) tras la recuperación de la democracia, Garcés tiene una opinión crítica.
"La Democracia Cristiana, desde el año 1970, cuenta con una corriente que quiere cambiar el sistema político, inclusive destruyendo las instituciones democráticas en los hechos, aunque verbalmente digan otra cosa", estimó.
La DC, que desde 1990 integra la Concertación de centroizquierda junto al Partido Socialista y a otras dos formaciones más pequeñas, tuvo diferencias internas respecto al golpe y, mientras algunos guardaron silencio o lo apoyaron, otros lo condenaron públicamente y lo padecieron en la cárcel o el exilio./EFE