DPA
La presidenta chilena, Michelle Bachelet, presentó este lunes un proyecto de reforma tributaria cuyo objetivo es recaudar unos 8.000 millones de dólares para financiar su programa social y educacional.
"Se está dando inicio a una de las reformas más importantes de nuestro gobierno, junto a la reforma educacional y la nueva Constitución", recalcó la mandataria.
Bachelet, en el poder desde el 11 de marzo, agregó que la iniciativa es además de "largo alcance", previo a su envío al Congreso, donde el oficialismo es mayoría.
La presidenta, quien ya gobernó Chile entre 2006 y 2010, explicó que la reforma persigue recaudar un tres por ciento del producto interno bruto.
"Un 0,5 por ciento provendrá de medidas para reducir la evasión y la elusión", detalló.
La iniciativa, además de financiar programas sociales, busca equilibrar el actual déficit fiscal en Chile, país donde opera una política fiscal contracíclica.
La principal medida de la reforma tributaria, ampliamente respaldada en el oficialismo, es el alza del impuesto a las empresas de 20 a 25 por ciento.
Asimismo, se propone eliminar el Fondo de Utilidades Tributables, un beneficio impositivo que permite a las empresas postergar indefinidamente el pago de impuestos, alegando reinversión de sus utilidades.
Este fondo, que ya acumula unos 300.000 millones de dólares, es usado básicamente por grandes compañías.
Chile, donde estallaron miles de protestas desde 2011, tiene una desigual distribución de su riqueza, lo que se expresa además en el acceso a la educación, la salud o las pensiones.
En cifras, por ejemplo, el uno por ciento más rico acapara un tercio de los ingresos, según datos oficiales.
Como consecuencia, la mitad de los trabajadores percibe salarios por debajo de los 450 dólares, en un país con un producto per capita de 21.500 dólares, según cifras del Banco Mundial.