China y Cuba impulsaron hoy su vieja amistad durante un encuentro en Pekín entre el primer vicepresidente del país caribeño, Miguel Díaz-Canel, y el presidente chino, Xi Jinping, el primero de alto nivel entre ambos países desde el relevo de liderazgo en la potencia asiática en marzo.
"Deseamos que usted se sienta como en su propia casa", le dijo Xi a Díaz-Canel al comenzar la reunión, celebrada en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín (sede del Legislativo) que sólo estuvo abierto a la prensa durante unos minutos.
Acompañado de una extensa comitiva de políticos, entre ellos Leonardo Andollo, segundo jefe de la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo, y el vicecanciller Rogelio Sierra Díaz, Díaz-Canel es el primer alto cargo cubano en reunirse con Xi desde que éste encabeza el Gobierno chino.
Xi tuvo palabras para su homólogo cubano, Raúl Castro, a quien agradeció con profusión las muestras de cordialidad de La Habana hacia Pekín.
"Agradecemos el mensaje de felicitación del compañero Raúl Castro cuando fui nombrado secretario general del Partido Comunista (PCCh)" el pasado noviembre, indicó, y también tras su posterior designación como presidente en marzo.
Asimismo, añadió, China le agradece haber enviado "un mensaje de solidaridad y simpatía por el terremoto de Sichuan", en referencia al seísmo ocurrido el pasado abril y que causó unos 200 muertos.
Si bien públicamente el encuentro se ciñó a la retórica diplomática, la llegada a Pekín de Díaz-Canel se produce en un momento que denota la relevancia del viaje.
Además de por suponer el primer contacto de peso en Pekín desde el estreno de liderazgo chino en marzo, porque Xi acaba de regresar de una gira por Latinoamérica y el Caribe que no ha incluido Cuba y sí países cercanos como Trinidad y Tobago, Costa Rica y México.
Aunque en Trinidad y Tobago el mandatario chino aprovechó para reunirse con líderes de varias naciones caribeñas anglosajonas, la visita de Díaz-Canel se interpreta como un símbolo de que la potencia asiática no se olvida de sus viejos aliados.
De hecho, ayer Díaz-Canel fue testigo, junto a su homólogo Li Yuanchao, de la firma de varios acuerdos de cooperación con China, también en el Gran Palacio del Pueblo de la capital.
Se trata de un donativo, un crédito libre de intereses y un préstamo destinado a la adquisición de maquinaria y equipamiento para la agricultura cubana, sin que se conozca la cuantía de los mismos.
"Los dos países han aprendido mutuamente en la construcción del socialismo", destacaba ayer el vicepresidente chino, después de reunirse con su homólogo cubano, según la agencia oficial Xinhua.
Por su parte, Díaz-Canel subrayó entonces que Cuba considera sus relaciones con China "desde un punto de vista estratégico" y está interesada en fortalecer la cooperación bilateral.
El primer vicepresidente cubano reiteró su apoyo a la política de "una sola China" y su rechazo a la injerencia en asuntos internos, como son los casos de Taiwán y Tíbet, y agradeció el respaldo de Pekín a las condenas al bloqueo impuesto por Estados Unidos contra la isla.
Además, este mes también se citaron en La Habana el secretario del Partido Comunista de China (PCCh) de la ciudad de Pekín, Guo Jinlong, y el presidente Raúl Castro, un encuentro que concluyó con la firma de documentos de cooperación en las áreas de energía, transporte, turismo y biotecnología.
China es el segundo socio comercial de Cuba, con un intercambio comercial bilateral que pasó de 590 millones de dólares en 2004 a más de 2.000 millones de dólares en 2011 y que en el primer semestre de 2012 superó los 870 millones de dólares, según datos oficiales.
Se espera que antes de partir hacia Vietnam y Laos, adonde se dirigirá mañana como parte final de su gira asiática, Díaz-Canel se reúna también con el primer ministro chino, Li Keqiang. EFE