En Italia comenzó hoy un nuevo capítulo de una batalla legal que dura ya seis años, con la repetición del juicio contra la estadounidense Amanda Knox y su ex novio italiano Raffaele Sollecito por el asesinato de la estudiante británica Meredith Kercher.
Kercher, que tenía 21 años al morir, fue asesinada brutalmente en noviembre de 2007.
Es la cuarta vez que una corte italiana se ocupa del caso. En 2009 Knox y Sollecito fueron condenados a largas penas de 26 y 25 años por asesinato, pero en 2011 fueron absueltos, antes de que el Tribunal Supremo a su vez volviera a anular esta sentencia en marzo de 2013.
Ni Knox, de 26 años, ni Sollecito, de 29, asistieron a la vista. El padre de éste último, Francesco, afirmó a la prensa que su hijo estaba "de vacaciones" pero que asistirá a las próximas sesiones. Knox vive otra vez en Estados Unidos y ha afirmado que no piensa volver a Italia. Tampoco estuvo presente la familia de la víctima.
Uno de los abogados de la estadounidense anunció que pedirá al Tribunal Constitucional que analice si no ha sido violado el derecho de su defendida a ser juzgada en un lapso razonable. Si su petición es aceptada el juicio será suspendido hasta que decida el Constitucional.
En opinión del letrado Carlo Della Vedova, hay peligro de que los procedimientos sigan "ad infinitum", porque la Corte de Casación, el máximo órgano de apelaciones italiano, siempre puede anular los veredictos de tribunales inferiores.
Se espera además que el juez que preside el tribunal, Alessandro Nencini, decida hoy si ordena nuevos test de ADN, ya que los cuestionamientos a su validez fueron clave en los juicios que se celebraron hasta ahora. El actual proceso no estará concluido hasta por lo menos finales de este año y ambas partes pueden apelar.
Franceso Sollecito indicó que su hijo está en "contacto diario" con Amanda Knox, quien se encuentra en Seattle, su ciudad de origen.
El domingo, el joven declaró al "Corriere Fiorentino", la edición local del "Corriere della Sera", que quería evitar el "circo" de sus apariciones anteriores, en las que la gente comentaba cómo iba vestido o si sonreía o no, en vez de analizar las pruebas.
El asesinato de la estudiante Kercher causó conmoción a nivel mundial, porque fue encontrada medio desnuda y con la garganta cortada en su cama el 2 de noviembre de 2007, en el departamento que compartía con Knox y con otras dos estudiantes en Perugia (centro de Italia).
El único de los sospechosos que sigue en la cárcel tras ser sentenciado a 16 años por asesinato y violación es Rudy Guede, nacido en Costa de Marfil. Sin embargo, los jueces consideraron que no actuó solo.
La primera condena contra Knox y Sollecito se basó en pruebas de ADN que luego fueron consideradas inadmisibles en la apelación. La Corte de Casación opinó que la acusación no se sostenía y que Kercher murió tras una noche de sexo desbocado que acabó mal.
Además de asesinato, Knox fue acusada de falso testimonio por señalar a Patrick Lumumba como responsable del crimen. El ex dueño de un bar estuvo hoy en el tribunal acompañado de su abogado. "Ella es culpable, porque si no, no me habría acusado a mí", dijo.
"No quería ser castigada y quería desviar las investigaciones", añadió, al tiempo que aseguró haber sido "la segunda víctima" además de Kercher. /DPA