EFE
El cruce de niños indocumentados que viajan solos a través de la frontera entre Estados Unidos y México es un creciente problema que requiere que ambos países tomen medidas que protejan a este grupo vulnerable, según un experto.
"Los casos de cada menor de edad que viaja solo deben de ser revisados de una forma eficiente", dijo a Efe Kevin Appleby, director de Política de Inmigración y Asuntos Públicos de Servicios de Migración y Refugiados de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (MRS/USCCB).
De acuerdo con cifras de la Oficina de Aduanas y Protección de la Frontera (CBP), desde 2011 se ha reportado un considerable incremento de casos de niños que viajan solos en la frontera entre EE.UU. y México.
Entre los años fiscales 2004 y 2011 el Gobierno Federal reportó la interceptación de aproximadamente 6.800 niños sin acompañantes cada año; en 2012 la cifra aumentó a 13.000 y más de 24.000 en 2013, en su mayoría menores de edad provenientes de México, Guatemala, El Salvador y Honduras.
Los menores de origen mexicano son regresados a ese país, aunque expresen su temor a retornar a sus hogares ante la creciente violencia generada por grupos criminales.
"Creemos que se debe de establecer un mejor sistema que evalúe las declaraciones y las peticiones de asilo de niños mexicanos, cuyas vidas en ocasiones peligran ante la presencia de los cárteles", dijo el activista.
En noviembre, representantes de MRS/USCCB viajaron a Centroamérica para detectar las principales causas por las que estos niños deciden dejar sus hogares y arriesgar sus vidas en el intento por llegar a EE.UU.
El grupo determinó que las fuerzas "de empuje" que impulsan a estos niños a dejar sus países incluyen la ausencia de oportunidades económicas, la falta de calidad educativa y de acceso a la educación en general y el deseo de reunirse con sus familias en este país.
La delegación determinó que los secuestros, pandillas y la violencia generada por los cárteles son un factor que cobra cada vez más fuerza.
Por eso, consideró que México, con ayuda del Gobierno de EE.UU., debe establecer un sistema de bienestar infantil para proteger a los niños migrantes que corren un alto riesgo de caer en las manos de redes criminales dedicadas a la trata de personas.
Esto incluye capacitación a profesionales que brindan atención directa y a funcionarios del Gobierno para que empleen técnicas apropiadas cuando atienden a niños migrantes, así como el establecimiento de albergues donde los menores se sientan seguros de hacer denuncias sobre delitos cometidos en su contra.
Sugiere también la elaboración e implementación de herramientas y métodos estandarizados para detectar si los niños migrantes tienen síntomas de trauma y si hay trata de seres humanos.
Appleby reconoció que existen casos donde niños centroamericanos mienten a las autoridades estadounidenses sobre su nacionalidad, asegurando que son mexicanos ya que tienen intenciones de tratar de cruzar nuevamente la frontera de manera ilegal.
"Esto los pone en un grave peligro, en las manos de traficantes de humanos," dijo sobre los menores centroamericanos, que pueden pasar varios meses en albergues en EE.UU hasta que se logra contactar a uno de sus familiares.
El experto considera que este tema debe de formar parte de las negociaciones para aprobar una reforma migratoria en EE.UU., donde la seguridad en la frontera ha tomado el primer plano.