El antiguo gueto negro de Alexandra, el primer barrio en que vivió Nelson Mandela en Johannesburgo y el lugar que consideró su "hogar", homenajeó hoy con orgullo a su vecino más célebre en el día de su 95 cumpleaños.
Un gran número de vecinos de este barrio, habitado por cerca de medio millón de personas, ha dedicado 67 minutos a tareas sociales y comunitarias, forma en la que se celebra desde 2009 el Día Internacional de Nelson Mandela, en recuerdo a los 67 años que dedicó el mito a la lucha por los derechos humanos.
En sus angostas calles de chabolas insalubres -que parecen tan pobres como las describió Mandela en su autobiografía-, un grupo de vecinos recogía de la calzada latas de cerveza y ratas muertas.
"Es una manera de que la gente tenga el barrio limpio y sea consciente de que es importante vivir en un entorno saludable", dijo a Efe Samuel Moila, miembro de la brigada de limpieza.
Las actividades comunitarias se han repetido en la biblioteca, las guarderías y las iglesias de Alexandra, un lugar que a Mandela siempre le pareció "una especie de cielo", pese a la pobreza y el hedor que continúan desprendiendo sus arterias empinadas.
En la iglesia anglicana de Saint Michael, un grupo de jubiladas preparaba esta mañana comida para los ancianos de la zona mientras daba explicaciones sobre el carácter multicultural del barrio.
"Aquí estamos todos mezclados, zulús con sutus, tsongas con xhosas, aquí se hablan las once lenguas oficiales de Sudáfrica", contó a Efe Gugu Maphalala, reivindicando una unidad por encima de las etnias de los alexandrinos que también agradó a Mandela.
En la misma calle, unos metros más abajo, los niños de la guardería de la Misión Metodista Africana pintaban murales de homenaje a Madiba, como se conoce en Sudáfrica al icono de la lucha contra el régimen racista del "apartheid".
Horas más tarde, un grupo de voluntarios blancos, llegado de otras partes de la ciudad con sus flamantes todoterrenos, tomaba los pinceles y las brochas para dar una mano de pintura a las paredes de la guardería.
Pero el centro de las celebraciones estaba en el patio de la aún precaria habitación de alquiler en la que vivió el héroe sudafricano recién llegado a la gran ciudad.
Aquel Mandela, un joven de 23 años que ejercía como pasante en un bufete de abogados y que andaba a veces diez kilómetros hasta el centro de Johannesburgo para ahorrase el billete del autobús, vivió en Alexandra durante un año, a principios de los años cuarenta.
Convocados por los vecinos y por una asociación de apoyo a la tercera edad, decenas de ancianos esperaban el comienzo del acto, sentados en sillas de plástico bajo el tibio sol del invierno austral.
Gente de todas las edades iba llegando y tomando sitio, y una vecina y varios miembros de la asociación rezaban en zulú por la recuperación de Madiba, hospitalizado de gravedad desde el pasado 8 de junio por problemas respiratorios.
"Hemos organizado una oración por la pronta recuperación de Mandela, y ofreceremos comida para nuestros conciudadanos de más edad de Alexandra", dijo a Efe uno de los impulsores del acto, Cedric Chauke, frente a la antigua casa del expresidente.
Después de los rezos, un grupo de niños de Alexandra ha cantado el "¡Cumpleaños feliz!" en inglés a Mandela, y ha entonado en lenguas africanas diferentes canciones de homenaje a los luchadores por la libertad que lideró el símbolo "antiapartheid".
Pese a que Mandela vivió en Alexandra durante sólo un año y hace ya mucho tiempo, esta barriada hoy centenaria "ocupa en mi corazón un lugar muy valioso", según escribió en su autobiografía, "El largo camino hacia la libertad".
Madiba alabó de los alexandrinos el carácter "resuelto y vivo", un "sentido de la solidaridad" en la miseria que todavía perdura y el orgullo de pertenecer al barrio, más allá de todas las penalidades.
Pese a la fama del antiguo gueto de Soweto -donde el antiguo estadista vivió más tiempo- como lugar emblemático de la vida de Mandela, el célebre exactivista escribió en sus memorias que Alexandra fue para él "un hogar" donde no tuvo una casa propia, mientras que en Soweto encontró "casa, pero no hogar".
"¡Bienvenidos a Alex!", gritan hoy los residentes al visitante blanco, mientras recuerdan a Mandela en su cumpleaños más emotivo por su coraje en la defensa de la dignidad de su pueblo y del ser humano. EFE