Las instalaciones de la escuela primaria Robb Elementary de la ciudad de Uvalde, en el estado de Texas; donde el pasado 24 de mayo se produjo un tiroteo que acabó con la vida de 21 personas; serán demolidas, anunció su alcalde, Don McLaughlin, informan medios locales.
"Nunca podrías pedirle a un niño que regrese o a un maestro que regrese a esa escuela. Nunca", dijo.
Asimismo, el alcalde estuvo visiblemente frustrado con la información constantemente cambiante publicada sobre lo que sucedió el día que 19 niños y dos maestros fueron asesinados a tiros en el colegio.
McLaughlin criticó duramente al Departamento de Seguridad Pública del estado de Texas (DPS) y a su líder, el coronel Steven McCraw.
De igual forma, los Texas Rangers, una agencia del DPS, investigan el tiroteo y McLaughlin dijo que estaba molesto porque él y otros funcionarios de la ciudad nunca los informaron sobre cómo iba la investigación, señala la cadena CNN.
Las críticas hacia la actuación policial durante la masacre en la escuela primaria no han dejado de aumentar desde que se produjo el suceso; y el Gobierno de Estados Unidos ha anunciado que llevará a cabo una investigación sobre el asunto.
Por ello, las autoridades locales reconocieron que el atacante, Salvador Ramos, entró en el edificio sin enfrentar oposición.
Tras dispararle a su abuela en la cara en su casa, Ramos se subió a un vehículo y condujo hasta las cercanías de la escuela primaria; donde su automóvil se estrelló.
Seguidamente, caminó con un rifle y munición durante doce minutos hasta que entró en la escuela y cometió la masacre.
EFE
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