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El príncipe de Gales llega a la jubilación a la espera del trono

Martes, 12 de noviembre de 2013 a las 07:30 pm
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DPA

Si no hay imprevistos, el próximo rey de Reino Unido será un hombre "jubilado": el príncipe Carlos de Gales, heredero al trono británico desde hace seis décadas, cumple mañana 65 años. Pero en esa etapa de la vida en la que muchos anhelan el merecido descanso, las cosas serán más movidas para el futuro monarca.

Su madre, la reina Isabel II, ya nota a sus 87 años la falta de energía y cada vez delega en él más trabajo. Así, el príncipe estrenará los 65 viajando a Sri Lanka para presidir por primera vez la asamblea de los países de la Commonwealth, la organización restante del viejo imperio británico.

Cuando la monarca muera, asumirá el trono el vigésimo primer príncipe de Gales. Para entonces, Carlos tiene previsto donar los ingresos de su jubilación correspondientes a sus servicios militares a una institución benéfica dedicada al cuidado de ancianos. Pero a estas alturas, no parece tener prisa: fue nombrado heredero el 6 de febrero de 1952, y desde entonces ha batido el récord de espera en la historia de la monarquía.

Recientemente, una fuente cercana al príncipe contó que para Carlos, el trono es casi como una "cárcel", porque lo obligaría a mantenerse políticamente neutral y no podría expresar de la misma manera sus convicciones sociales. La casa real se vería obligada inmediatamente a aclarar la situación.

Los británicos han ido encariñándose muy poco a poco con su futuro rey. Carlos recibió una estricta educación conservadora de sus padres, Isabel y el príncipe Felipe, y se lo considera poco cercano, rígido, incluso raro. En sus libros y sus notas escritas a mano y dirigidas a miembros del gobierno revela opiniones que no siempre corresponden al sentir general en las islas. Carlos decidió ya desde muy temprana edad que quería tener una participación activa y afrontar los problemas.

Pero, ¿quiere el pueblo que en su Parlamento sólo un diputado vote a Los Verdes, un rey que apueste por la economía sostenible y el cambio climático? ¿Quieren los británicos un jefe de Estado "bio", que vende patatas ecológicas y se pelea con Hacienda por la carga fiscal? A juzgar por las encuestas, el heredero vuelve a contar con el favor de los británicos. Actualmente, más ciudadanos lo prefieren a él como el próximo monarca que a su hijo mayor y número dos en la línea de sucesión, el príncipe Guillermo.

En realidad, más que sus posiciones políticas, lo que perjudicó mucho al príncipe de Gales fue el fracaso de su matrimonio con la princesa Diana. Ella tenía 19 años cuando en 1981 se casó con el heredero en una boda de cuento retransmitida mundialmente en televisión. Poco después llegaron sus hijos, Guillermo y Harry, pero Carlos le fue infiel con la que luego sería su segunda esposa: Camila Parker-Bowles.

El príncipe mintió abiertamente sobre su relación extramatrimonial, que calificaba de "pura amistad", y eso no gustó a los ciudadanos. Además, era difícil de entender por qué cambiaba a la glamourosa Diana por la "rottweiler" de Camila, como se la apodaba entonces. Cuando más tarde salieron a la luz las legendarias grabaciones en las que el heredero manifestaba su deseo de ser el "tampón" de Camila, la seriedad y la imagen del heredero quedaron sepultadas.

Fue necesaria una larga y minuciosa campaña de imagen por parte de Clarence House -la casa del príncipe- para recuperar su popularidad. Entre tanto, parece que tanto los británicos como el príncipe han encontrado su sitio. "Hace muchos años que tengo una sensación extraña, en realidad desde que tengo memoria, y es la de querer sanar, hacer las cosas mejor", dijo a la revista estadounidense "Time". Un reconocimiento de sus obligaciones, que ha ayudado a su madre.