El disidente cubano Guillermo Fariñas dijo hoy en San Juan que antes de que el Gobierno de su país acepte el levantamiento del embargo económico de Estados Unidos, debe hacer lo propio con su propio pueblo a favor de otras libertades.
Fariñas sostuvo a un grupo de periodistas que "desde el punto de vista moral" apoyar el embargo impuesto por el Gobierno estadounidense en 1950, "sería abandonar al pueblo cubano dentro de Cuba a que el Gobierno cubano vuelva a reprimir".
El periodista independiente y psicólogo, de 51 años, afirmó que "cada vez" que el gobierno cubano "recibe oxígeno" de alguna otra administración política, "han existido grandes olas represivas" contra el pueblo, bajo un gobierno comunista desde 1959.
"El gobierno cubano debe levantarle el embargo que le tiene a su propio pueblo y luego contra otros gobiernos", enfatizó Fariñas a periodistas en un restaurante del área turística del Condado antes de ofrecer un mensaje ante un grupo de cubanos residentes en Puerto Rico.
El embargo se inició de manera oficial el 7 de febrero de 1962, bajo la administración de John F. Kennedy, pero ya el gobierno estadounidense había impuesto ciertas sanciones desde 1959, año del triunfo de la revolución cubana.
Cuba ha calculado que el daño económico que le ha supuesto este embargo desde su entrada en vigor hasta diciembre de 2011 asciende a más de 108.000 millones de dólares, cifra que supera el billón de dólares si se considera la depreciación del dólar frente al oro en el mercado internacional.
En 2011, la Asamblea General de la ONU aprobó, por vigésima vez consecutiva, una resolución para pedir el levantamiento del embargo económico y comercial contra Cuba con el voto a favor de 186 países, dos en contra y tres abstenciones.
"En Cuba, la situación económica es desastrosa y la situación social, es muy peligrosa", indicó Fariñas, ganador del Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia que le otorgó el Parlamento Europeo en 2010.
Fariñas ha estado en prisión en tres ocasiones durante los últimos once años por oponerse al gobierno castrista, liderado por Raúl Castro, hermano del expresidente Fidel Castro.
La figura de Fariñas comenzó a tener relevancia cuando el 24 de febrero de 2011, tras la muerte del opositor preso Orlando Zapata Tamayo a causa de un ayuno de 85 días, se declaró en una huelga de hambre para exigir la liberación de los prisioneros políticos más enfermos.
Fariñas señaló que hará otra huelga de hambre si el momento lo permite, pero de una manera pacífica, pues para él, la única violencia que viviría es la que ponen "los adversarios políticos, los castristas".
"Nosotros vamos a tratar de estar unidos en el momento en el que la generación histórica que hizo la revolución cubana deje de existir", abundó.
"Voy a continuar con mi lucha pacífica, no violenta, pero no me voy a dejar imponer ningún tipo de mandato ni por las autoridades ni por un gobierno que no es legítimo ni elegido democráticamente por su ciudadanía", añadió.
Fariñas se encuentra en Puerto Rico como parte de una gira como portavoz del llamado grupo Unión Patriótica de Cuba en la que denuncia las vivencias y sus oposiciones al gobierno de la isla caribeña.
"Es importante para mí estar en Puerto Rico porque indiscutiblemente aquí existe un exilio muy unido, que no está fragmentado, (donde) se respetan los distintos grupos opositores. Estamos llamándolos a que hagan más por el pueblo de Cuba y por el exilio", destacó.
Fariñas dijo además que el cambio de gobierno venezolano, del fallecido presidente Hugo Chávez, quien fuera íntimo amigo de Fidel Castro, a Nicolás Maduro, ha mantenido la precaria situación económica y social en Cuba.
Como otros disidentes, Fariñas ha podido salir de Cuba por primera vez gracias a la reforma de las leyes migratorias que entró en vigor en enero pasado. /EFE