Un sobreviviente del terremoto de magnitud 7.8, que sacudió Turquía este lunes, permaneció más de 90 horas bajo los escombros de un edificio. Según el relato del joven, tuvo que beber su propia orina para no morir deshidratado.
Antes del amanecer, este viernes, rescatistas en Gaziantep, cerca del epicentro del sismo, rescataron al joven Adnan Muhammed Korkut del sótano donde estaba atrapado desde el temblor del lunes.
El adolescente, de 17 años, sonreía por la emoción de ver a sus familiares y amigos, quienes gritaban su nombre, mientras lo sacaban y lo colocaban en una camilla.
“Gracias a Dios que llegaron”, dijo mientras abrazaba su madre de camino a la ambulancia.
Adnan estuvo atrapado durante 94 horas, aunque no estaba aplastado. El adolescente dijo que se vio obligado a beber su orina para saciar la sed. “Así pude sobrevivir”, expresó.
Por otro lado, un total de seis personas fueron rescatadas este viernes en la mañana, en la ciudad turca de Iskenderun. Estuvieron más de 101 horas entre las ruinas de un edificio que se vino abajo luego del terremoto.
Los seis, todos miembros de una misma familia, sobrevivieron apiñándose en un pequeño espacio que quedó dentro de la estructura, dijo el rescatista Murat Baygul.
El terremoto de magnitud 7,8 sacudió la región fronteriza entre Turquía y Siria, donde viven más de 13,5 millones de personas. El fenómeno causó la muerte a más de 20.000 personas. Los cadáveres yacían envueltos en mantas, alfombras y lonas en las calles de algunas ciudades ante la saturación en morgues y cementerios.
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