El ministerio británico de Exteriores llamó a consultas al embajador español en el Reino Unido, Federico Trillo, para manifestarle su "preocupación" por los retrasos en la frontera de España con Gibraltar y pedir que no se repitan.
Una portavoz del Foreign Office indicó a Efe que, en ausencia de Trillo, que se encuentra de vacaciones, acudió a la cita su encargado de negocios, Ramón Gandarias.
En un comunicado emitido tras la reunión, el secretario de Estado de Exteriores, Hugo Swire, lamentó esos retrasos "injustificados e inaceptables" ocurridos los días del 26 al 28 y el 30 de julio por "los controles desproporcionados" realizados por las autoridades españolas a los vehículos.
"Del día 26 al 28 de julio, y de nuevo el 30 de julio, se produjeron largos retrasos de hasta 7 horas en la frontera entre Gibraltar y España como resultado de los controles totalmente desproporcionados introducidos por las autoridades españolas a vehículos que entraban y salían de Gibraltar", observó el secretario de Estado.
"La alteración en el flujo fronterizo tiene un impacto directo en la prosperidad y bienestar de las comunidades en ambos lados de la frontera", declaró Swire.
Señaló además que "la postura del Gobierno británico es que estos retrasos son injustificados, inaceptables y no tienen cabida en una frontera entre socios de la Unión Europea (UE)".
Por su parte, la embajada española en Londres no ha emitido, de momento, ninguna declaración al respecto.
El pasado 29 de julio, el ministro británico de Asuntos Exteriores, William Hague, también llamó a su homólogo español, José Manuel García-Margallo, para manifestarle la preocupación de su Gobierno por esos retrasos.
En esa conversación, el jefe de la diplomacia británica pidió a García-Margallo una "rápida solución" a los problemas registrados en la frontera ocasionados, según Londres, porque las autoridades españolas registraban todos los vehículos que abandonaban el Peñón.
Hague enfatizó entonces que Londres no quiere "especular" con que este incidente guarde relación con los desacuerdos entre España y Gibraltar sobre la colocación de unos bloques de hormigón para crear un arrecife artificial en aguas gibraltareñas.
Este último desacuerdo se suma a otros que desde hace meses han mantenido las dos partes a raíz del conflicto suscitado con pesqueros españoles que faenan en las aguas del Peñón y que en ocasiones han sido escoltados por patrulleras de la Guardia Civil.
El embajador español en Londres fue llamado a consultas por última vez el pasado noviembre, después de dos de esas incursiones en lo que Londres considera aguas territoriales gibraltareñas.
Gibraltar afirma que tiene jurisdicción sobre tres millas náuticas alrededor del Peñón, algo que no reconoce España, pues en virtud del Tratado de Utrecht de 1713 solo admite jurisdicción gibraltareña sobre las aguas del puerto. /EFE