EFE
Los responsables de la negociación de paz entre el Gobierno colombiano y las FARC, Humberto de la Calle e Iván Márquez, advirtieron hoy de que persisten dificultades en el proceso, pero coincidieron en la ausencia total de violencia para la resolución del conflicto.
De la Calle, en persona, y Márquez, a través de videoconferencia desde Colombia, intervinieron en un curso organizado por la Universidad Complutense de Madrid para analizar los Acuerdos de Paz de La Habana.
El pasado 30 de noviembre el Congreso colombiano refrendó el segundo acuerdo de paz con las FARC – el primero había sido rechazado en referéndum el 2 de octubre – después de cuatro años de conversaciones.
El negociador gubernamental aseguró que Colombia está inmersa en una controversia en la que están divididos los que se oponen al acuerdo y "quienes creemos que es una oportunidad de cambio en el país".
Ambos políticos rechazaron las armas como solución al conflicto de medio siglo que padeció Colombia y De la Calle afirmó en concreto que existe una confrontación política, pero "no significa que haya espacio para el uso de la violencia en el ejercicio de la política colombiana".
Por su parte, Iván Márquez dijo que para la reconciliación se requiere "voluntad y decisión política, coordinación de los poderes públicos y liderazgo presidencial".
De la Calle reconoció que "existen problemas inherentes a la manera en cómo el Estado actúa y cumple los acuerdos", pero hizo hincapié en que ha de aplicarse de manera "rápida y genuina", sin reabrir discusiones.
En ese contexto Márquez se mostró rotundo al asegurar que la guerrilla "no quiere promesas", sino que quiere hechos por parte del Gobierno, que "no está cumpliendo sus compromisos".
"El Gobierno está avanzando muy lentamente" en este asunto, añadió el excombatiente, quien aseguró que la guerrilla está concentrada en escenificar "un congreso constitutivo" para establecer un partido político legal.
Además, admitió querer "participar de la vida política colombiana y reformar el panorama político y electoral para construir una paz estable y duradera".
El dirigente de las FARC denunció que no se haya aplicado la amnistía aprobada hace siete meses que hace que "más de setecientos guerrilleros continúen en prisión", aunque expresó su confianza en que los poderes públicos cumplan.
"Creemos que la institucionalidad es uno de los valores principales en el proceso y esperamos con voluntad y fe en la resolución de esta cuestión, ya que se está poniendo en riesgo la vida de la gente", recalcó Márquez.
De la Calle, por su parte, pidió a la guerrilla que "se limiten al ejercicio de la democracia" y que continúe en ese camino, ya que "ciertas alteraciones y utilización de mecanismos innecesarios" solo contribuyen a generar un "ruido innecesario", en alusión a la huelga de hambre del dirigente de las FARC Jesús Santrich en apoyo a guerrilleros encarcelados.
Tras analizar el proceso de paz, el representante gubernamental dijo que "uno siente mucho orgullo, por lo que no entiendo como tanta gente puede mostrar incredulidad y desconfianza hacia el proceso de paz en Colombia".
Por eso criticó que rebajar el fin de más de medio siglo de conflicto a simples elementos ordinarios de la interpretación jurídica es un "error de óptica", ya que no da relevancia a esto que está ocurriendo.
Para Márquez, solo con el trabajo conjunto de todas las partes "llegaremos a la justicia, la reparación y la no repetición del conflicto armado", pero siempre teniendo en cuenta la garantía de que "no habrá impunidad y que la paz será el objetivo fundamental", concluyó.
2017-07-18