Varios grupos, junto con funcionarios municipales y estatales en Nueva York, anunciaron el miércoles que coordinan esfuerzos para hacer frente a la llegada de niños que cruzan la frontera solos y que necesitan representación legal y, en muchos casos, ayuda para superar la depresión y la ansiedad.
Desde el 1 de enero hasta el 30 de junio 3.347 niños inmigrantes han llegado al estado de Nueva York, dijo Kenneth Wolfe, portavoz del gobierno a The Associated Press. Se espera que otros 7.000 lleguen al estado en los próximos meses, según datos federales.
"Debido al gran número de centroamericanos que viven aquí creo que es probable que veamos a un gran número de niños enviados aquí", dijo Steven Choi, director ejecutivo de la Coalición de Inmigrantes de Nueva York durante una rueda de prensa en Manhattan. La gran mayoría de los niños que cruzan la frontera desde México son enviados a lugares donde tienen parientes.
Varias organizaciones sin ánimo de lucro y funcionarios se han unido en un grupo, al que han llamado "New York Unnacompanied Minors Working Group" ("Grupo de trabajo de Nueva York sobre niños no acompañados"), para coordinar la ayuda. Todas las entidades que forman la asociación conectarán a los niños con recursos legales, ayuda sanitaria, servicios sociales y escuelas, señalaron los activistas.
"La llegada de estos niños requiere una respuesta coordinada. Es importante que coordinemos los servicios", dijo Choi.
El grupo, que se reunió por primera vez la semana pasada, también está hablando con funcionarios federales para ayudarles a encontrar un edificio en el estado de Nueva York que sirva de refugio temporal para los niños inmigrantes que no cuentan con familiares en Estados Unidos. El gobierno ha considerado varias ubicaciones y en estos momentos analiza la posibilidad de abrir el centro en un antiguo convento en la ciudad de Syracuse, a unos 398 kilómetros de la ciudad de Nueva York.
Los activistas se apresuraron a decir que la gran mayoría de niños que llega no sufre ninguna enfermedad seria ni representa una amenaza para la salud de los estadounidenses, algo que varios políticos y personas en contra de la inmigración ilegal han señalado.
Los problemas de salud mental, sin embargo, como depresión o ansiedad, son comunes, debido a la violencia y abusos que muchos de los niños sufrieron en sus países de origen, dijeron los activistas.
"Estos niños han experimentado un fuerte nivel de estrés y eso los hace especialmente vulnerables", dijo Alan Shapiro, cofundador de Terra Firma, una organización que ofrece cuidado médico a niños inmigrantes. La adaptación de estos niños a Nueva York también es dura, señaló.
"Imagínense venir desde Guatemala y acabar aquí, en el sur del Bronx", agregó.
Según datos del censo del 2012, más de 531.000 personas nacidas en Centroamérica viven en el estado de Nueva York.
Los activistas destacaron que necesitan más fondos federales para poder responder a la llegada de estos niños. El presidente Barack Obama solicitó este mes 3.700 millones de dólares al Congreso para atender su llegada a la frontera.
Por otro lado, la ciudad de Nueva York ha creado otro grupo de trabajo que intenta coordinar sus agencias para responder mejor a la llegada de menores a la municipalidad.
/AP
2014-07-23