El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo hoy que el presidente Barack Obama aún no ha tomado una decisión sobre una respuesta militar al uso de armamento químico en Siria, aunque no tiene dudas de que el régimen sirio es el responsable y "debe haber una respuesta".
Carney aseguró que tienen "muy pocas dudas" de que el régimen de Bachar al Asad está detrás del último ataque con armas químicas en Siria y Obama anunciará una decisión tras consultar con sus aliados y equipo de seguridad.
Además, esperaría a que se publique un informe de inteligencia sobre el ataque del pasado 21 de agosto en las afueras de Damasco, que causó más de mil muertos.
"El uso de armas químicas en Siria a una escala significativa es innegable" y la "lógica dicta" que el régimen de Damasco es el responsable. "Creemos que el régimen tiene control total de esas armas y la capacidad para realizar ese bombardeo", resumió el portavoz.
Según Carney, el régimen de Asad tiene el control de las armas químicas, tiene la tecnología de cohetes necesaria para el ataque y ha marcado como objetivo militar la localidad de Moadamiya, a las afueras de Damasco, donde se produjo la supuesta matanza.
"La cuestión no es si se usaron armas químicas en Siria a gran escala, causando la muerte de civiles, o si el régimen de Asad es responsable, la cuestión es cuál será la respuesta adecuada a esta violación de las normas internacionales, y debe haber una respuesta", indicó Carney en rueda de prensa.
Carney, que no quiso limitar las posibilidades a la vía militar, dijo que Obama examina un amplio abanico de opciones, aunque no contempla "tropas sobre el terreno".
Varios medios estadounidenses consideran que el ataque que podría lanzar Estados Unidos lo llevarían acabo destructores y submarinos desde el Mar Mediterráneo con lanzamientos de misiles guiados contra objetivos estratégicos y sin que la misión se prolongue más de dos o tres días.
Carney matizó que la respuesta que prepara Estados Unidos con sus aliados no está motivada por un intento de cambio de régimen, sino como castigo por uso de armamento químico, algo que prohíbe la Convención de Ginebra.
En opinión de Carney, "no es nuestra política responder a esta trasgresión con un cambio de régimen", algo que podría descartar ataques aéreos contra el propio Asad.
El portavoz de la Casa Blanca indicó que es de interés para la seguridad nacional de EE.UU. que un uso a gran escala de armas químicas no quede sin repuesta. EFE
2013-08-27