AP
El Congreso aprobó tras una dilación de más de veinte años, la reforma constitucional que otorga a los chilenos que viven en el exterior el derecho a voto en las elecciones presidenciales, primarias y en plebiscitos.
El Senado aprobó la reforma por 28 votos a favor, 5 en contra y 3 abstenciones, tras un acuerdo entre el oficialismo de centroizquierda y la derecha liberal. Los diputados habían dado el visto bueno la semana pasada.
La sola idea de votar la modificación fue rechazada por más de 20 años, desde el retorno de la democracia en 1990, por la derecha política.
La Constitución no establece plebiscitos por lo que la modificación entrará en vigor en 2017, cuando se realicen las primarias para escoger candidatos para las elecciones presidenciales de ese año.
En los inicios de los noventa, cuando se empezó a debatir la idea del voto en el exterior, la derecha política se opuso tajantemente porque los favorecidos eran mayoritariamente exiliados políticos de la dictadura militar de Augusto Pinochet, 1973-1990. Con los años esa proporción fue bajando y actualmente predominan quienes trabajan en otros países.
El senador Baldo Prokurica, del centroderechista partido Renovación Nacional, se abstuvo porque "aprobar este proyecto significa firmar un cheque en blanco", porque no se exigen vínculos precisos con el país a quienes residen en otras naciones.
La legisladora Lily Pérez, de oposición liberal, consideró que es un tema "importante y de principios aprobar el voto en el exterior".
Alejandro Guillier, independiente de izquierda, dijo que se sentía orgulloso de favorecer la modificación, pero que también sentía vergüenza porque se tardó más de dos décadas en aprobarla.
El legislador socialista Juan Pablo Letelier, opinó que el vínculo con el país exigido por la oposición conservadora, que rechazó la modificación, "es ser chileno".
Se estima que los chilenos que viven en el exterior habilitados para votar son más de medio millón, de los cuales casi la mitad viven en Argentina, alrededor de un 15% en Estados Unidos y en torno al 5% en Suecia.