EFE
La Unión Europea avanzó el miércoles para acelerar el retorno de los inmigrantes en situación irregular a sus países, anunciando planes para castigar a los países que se nieguen a readmitir a sus ciudadanos deportados restringiendo las visas a sus diplomáticos.
Aunque el número de personas que llegó a Europa en busca de una vida mejor bajó drásticamente el año pasado, los países comunitarios solo deportaron a alrededor de la mitad de los migrantes con visas denegadas, a menudo porque los afectados perdieron o destruyeron sus identificaciones y es difícil establecer su nacionalidad. En ocasiones se emplea además documentación falsa.
Francia, por ejemplo, se enojó porque Mali se niega sistemáticamente a recibir de vuelta a personas que, según París, proceden de ahí.
Formalizando la amenaza que ya hicieron algunos miembros de la UE a países africanos, la Comisión Europea anunció que tiene “un nuevo mecanismo para imponer condiciones más estrictas para la tramitación de visas cuando un país socio no coopere lo suficiente”.
El objetivo es influir en los legisladores modificando el plazo de solicitudes para visas diplomáticas, aumentando los costos o recortado las estancias.
Al mismo tiempo, la comisión dijo que planea hacer que las visas de turista sean más atractivas. Permitiría solicitudes con más antelación, visas electrónicas y estancias limitadas estrictamente a una semana en un país comunitario.
Pero el precio del permiso, que ya está lejos del alcance de la mayoría de los africanos, subiría de 60 a 80 euros (de 74 a 99 dólares), dando menos incentivos para solicitarlas a quienes quieren usarlas para viajar a Europa para trabajar.
"Con estos cambios, mantendremos abierta la puerta de Europa para los viajeros de buena fe pero cerrada para quienes suponen riesgos de seguridad”, dijo el comisario europeo de Inmigración, Dimitris Avramopoulos.
Avramopoulos dijo que viajará pronto a Níger _ un lugar de paso para mucho migrantes que se dirigen a Europa a través de Libia _ para reunirse con líderes locales, e intentará “convencer a esos países para que reciban de vuelta a sus ciudadanos”.
"La readmisión de sus propios ciudadanos es una obligación según la ley internacional”, agregó. También el miércoles, la Comisión anunció que movilizó la segunda partida de 3.000 millones de euros (3,7 millones de dólares) del fondo de refugiados para Turquía, aunque la iniciativa fue aprobada hace varias semanas.
Los fondos buscan ayudar a Ankara a hacer frente a la presencia de unos tres millones de refugiados sirios en su territorio, y forma parte de un paquete de incentivos ofrecidos a Turquía a cambio de su colaboración para frenar el flujo migratorio hacia el continente.
2018-03-14