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Con ovaciones caraqueños disfrutan del teatro y de las neurosis sexuales de nuestros padres

Sabado, 23 de febrero de 2013 a las 07:30 pm
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Primero se escucharon los vítores y aplausos, luego sobrevinieron, en inagotable emoción, las muestras de satisfacción ante la pieza teatral recién finalizada. La totalidad de las 473 butacas estaban ocupadas y no hubo quien dijera que la inmensa cola para entrar no valió la pena.

Y es que este sábado, segundo día del II Festival de Teatro de Caracas, largas filas para ver teatro atiborraron las calles que circundan el sector Quebrada Honda. Una multitud, con entrada en mano, esperaba por ingresar a la sala Juana Sujo, de la Casa del Artista, para ver la obra Las neurosis sexuales de nuestros padres, original del alemán Lukas Bärfuss, y producida en Venezuela por la agrupación actoral Teatro de La Baraja.

El texto y la puesta en escena, interpretado por Jenifer Urriola, Layla Vargas, Citlally Godoy, Orlando Paredes, Rafael Gil, Adolfo Nittoli y Karla Fermín, sorprende gratamente por dos ineludibles razones: La historia per se y las impecables actuaciones de estos venezolanos pertenecientes a una generación de artistas inadvertidos por los medios de comunicación privados, pero validados por el público asiduo a las tablas.

Así, con el talento como respaldo, Las neurosis sexuales de nuestros padres narra las miserias propia de la doble moral sexual impuesta por la sociedad y las seudo llamadas buenas costumbres, y a la par combina una incierta enfermedad mental con un inocente despertar sexual.

Dora es el personaje principal. Ha estado medicada gran parte de su vida, pero al liberarse de los químicos, por decisión de sus padres y del psiquiatra, descubre sin ningún tipo de prejuicio y casi como una niña el mundo de la sexualidad y todo aquello que es natural, pero que se muestra como un tabú por la culpa occidental judeo-cristiana.

Luces que ambientan un escenario a ratos minimalista y una adecuada apuesta por la multimedia, como recurso para contar fragmentos de la historia, convirtieron la experiencia de este sábado en un deleite no culposo.

Decían los espectadores, al salir de la sala, que piezas teatrales como la vista esta noche se repiten en la variada grilla que presenta el II Festival de Teatro de Caracas, jornada cultural que cuenta con la participación de 150 agrupaciones, cuyas obras se aprecian desde el viernes pasado en 21 salas, así como en plazas, bulevares y parques caraqueños, en un esfuerzo del Gobierno Nacional por continuar masificando la cultura, no sólo en temática sino en espacios.

Teatro y del bueno

Pasada la hora y media que dura, aproximadamente, la obra, mientras salía la multitud copiosamente, Raquel Ramírez expresó lo maravillosa que le resultó.

"Me gusta que haya este tipo de teatros aquí en Caracas y en Venezuela. Ojalá que este tipo de eventos continúen porque es lo que queremos, que haya teatro y del bueno. Está avanzando el teatro en nuestro país y es una maravilla", exclamó.

Por su parte, Raiza Vargas, también del público, no disimuló su pasión por las tablas y por el talento hecho en Venezuela.

"Pienso que este festival es importante porque necesitamos concienciar a la sociedad sobre la diversidad cultural. Es sabido que la diferencia es un bien común que nos hace enriquecernos como seres humanos y, por supuesto, el teatro se presta para este tipo de experiencias. Es la oportunidad perfecta para desarrollarnos y crecer en este arte", aseveró.

A su vez, Gerónimo Tepedino, dijo que la publicidad y la información divulgada por medios de comunicación han sido fundamentales para el éxito que viene cosechando el Festival.

"Me enteré de este Festival por el periódico Ciudad Ccs, además de toda la publicidad que está en la calle. Me asombró mucho que el día que fui a comprar las entradas ya estaban agotadas la mayoría de las obras, eso quiere decir que la gente está muy enterada y muy interesada en venir a las actividades", comentó.

Pero, no sólo adeptos al teatro acuden a las salas. La cultura en Venezuela, día con día, atrae a más personas interesadas en vivir aquello de la cultura como un bien de carácter masivo. Un ejemplo de ello es José Correa, quien salió de la Juana Sujo complacido y deseoso de más teatro.

"Es primera vez que veo un teatro de esta calidad. Salí súper impresionado por la calidad de los actores. Los precios son muy accesibles y la gente tiene la oportunidad de ver estas obras de teatro que seguramente en otros países costarían mucho más (las entradas cuestan Bs.10). Y, me siento muy orgulloso de que existan tan buenos actores en nuestro país", manifestó.

Salas convencionales o espacios al aire libre recuperados o remozados se prestan hasta el 10 de marzo para hacer de la capital venezolana un gran escenario, al que todos están invitados.

Para mayor información, los interesados pueden ingresar al portal web del festival: www.teatroccs.org.ve, dirigirse a la Plaza Diego ibarra, donde funciona Ciudad Teatro, un centro habilitado para atender a los habitantes de la ciudad teatral, o en las taquillas del Teatro Teresa Carreño.