EFE
Estados Unidos estudia cómo sancionar el petróleo de Venezuela mitigando los daños para sus propias refinerías, los ciudadanos venezolanos y otros países de la región como las naciones caribeñas que aún dependen del crudo de Caracas.
El secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, tiene previsto reunirse con el presidente Donald Trump próximamente para explicarle el apoyo que ha encontrado en su primera gira latinoamericana a recurrir al petróleo para forzar al Gobierno venezolano a "volver al orden democrático".
Este jueves el Departamento de Estado prometió "seguir presionando al régimen para restaurar la integridad de la Constitución de Venezuela" en un comunicado en el que denunciaba la decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE) de convocar "unilateralmente" las presidenciales para el 22 de abril.
Washington considera que estos comicios se van a celebrar "sin garantías" de que sean "justos, libres y validados internacionalmente", y ya ha anunciado, como otros gobiernos de la región, que no reconocerá sus resultados.
Tras haber impuesto sanciones a "más de 50 individuos" y sobre el sistema financiero de Venezuela, el petróleo es el recurso que le queda a Estados Unidos para tratar de obligar al presidente Nicolás Maduro a moverse de sus posiciones, algo que no ha conseguido hasta ahora.
El pasado domingo, Tillerson y el canciller argentino, Jorge Faurie, sacaron este tema, muy comentado en los círculos diplomáticos, a la palestra al anunciar que estudian imponer sanciones petroleras a Venezuela para presionar a Maduro a "regresar al orden constitucional" y permitir "unas elecciones libres y justas".
El jefe de la diplomacia estadounidense subrayó que, antes de poner en marcha medidas de este tipo, es esencial averiguar cuáles serían sus efectos en la vida de los ciudadanos venezolanos y en otros países de la región para "no afectarles negativamente".
En su vuelo a Kingston (Jamaica), Tillerson explicó a los periodistas que ha acordado con Canadá y México formar un grupo de estudio para analizar cómo se podría mitigar el impacto de imponer sanciones petroleras a Venezuela.
"Vamos a formar un grupo de trabajo muy pequeño, muy enfocado en ver qué podemos hacer para mitigar una decisión como esa si decidimos tomarla. Obviamente es el presidente (Donald Trump) quien decide", afirmó el diplomático camino a Kingston, la última parada de su gira en la región.
La creación del grupo de estudio la acordaron los responsables de Exteriores de Canadá, México y EE.UU. en el encuentro que mantuvieron en la capital mexicana el pasado 2 de febrero, según explicó el jefe de la diplomacia estadounidense.
El objetivo principal de esta iniciativa es buscar maneras de "mitigar" el impacto de las sanciones petroleras tanto en los ciudadanos de Venezuela, que sufren ya las consecuencias de una dura crisis económica, como en las refinerías estadounidenses, en otros países latinoamericanos y en las naciones caribeñas.
Maduro ha respondido desafiante a las noticias sobre el posible embargo o las sanciones petroleras asegurando que el país no depende de que EE.UU. le compre crudo.
"Si el gobierno extremista, dirigido por Exxon Mobile y Rex Tillerson toma esa medida, nosotros sencillamente ni nos perturbaremos, nuestro barcos se irán para otros rumbos y venderemos el petróleo (…) hay mucha gente en el mundo lista para comprarnos nuestro petróleo, así que no dependemos de EE.UU.", afirmó.
El líder chavista denunció además el "odio" de Tillerson hacia Venezuela, por un litigio en el que Caracas venció a Exxon Mobile, la gran petrolera estadounidense que dirigió durante diez años el ahora jefe de la diplomacia del país norteamericano.
2018-02-08