Armando Altuve
Venezuela actualmente atraviesa un período de sequía producto del déficit de precipitaciones en el territorio. La responsabilidad recae en un fenómeno climático, caracterizado por un calentamiento anómalo de las aguas del pacífico ecuatorial, que ha producido, entre otros efectos, que los niveles de agua en los embalses del país estén por debajo de los valores normales de llenado.
El presidente del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inameh), José Gregorio Sottolano, conversó con el Diario 2001 con mapas y gráficos en mano para demostrar cómo se ha acentuado este evento climático. Cual clase de climatología, Sottolano, de voz aguda y veloz, resalta que, pese al período de sequía, aún en el país hay precipitaciones, pero mínimas para recuperar los niveles de las cuencas de agua y asoma que, posiblemente, el fenómeno climático, que se ha acentuado en los últimos años, comience a registrar un descenso paulatino para el trimestre que va desde marzo hasta abril. Insiste, en reiteradas oportunidades, que el Gobierno se preparó para enfrentar este evento climático y, al mismo tiempo, llama a la población a no politizar el problema que, a su juicio, debe unir a todos los ciudadanos para revertir sus efectos. “La Tierra nos pertenece a todos”, enfatiza.
¿Cuáles son los efectos inmediatos que genera el Fenómeno El Niño?
Las principales consecuencias del impacto de la sequía en Venezuela son el incremento de la temperatura que está ocasionando en algunas personas elevación de las sensaciones térmicas que es una manera de percibir la temperatura a través del cuerpo humano. Es probable que en los próximos meses sigamos sintiendo incrementos de la temperatura o una sensación térmica más alta. El aumento de la temperatura también provoca que se eleve la incidencia de enfermedades vectoriales como dengue, chikungunya y zika, pues la alta temperatura es favorable para el mosquito transmisor de estas enfermedades. También el fenómeno El Niño incrementa la posibilidad de ocurrencia de incendios forestales como ocurrió recientemente en el estado Sucre y, además, por las pocas precipitaciones los embalses del país han disminuido sus niveles de aguas, en muchos casos, por debajo de los valores regulares de llenado. Venimos de una temporada seca y el fenómeno El Niño, que se caracteriza por un calentamiento anómalo de las aguas, fue decretado en 2015. Lo que había sucedido antes de ese año era una especie de coqueteo entre las condiciones atmosféricas. Los modelos indican que el fenómeno es de intensidad fuerte. Pero hasta que no culmine este episodio no podremos determinar cuáles serán las consecuencias, pero sí podemos decir que, históricamente, Venezuela y el norte de países como Colombia, Guayana, Brasil y Centroamérica lo característico es tener, por causa del fenómeno, una disminución de las precipitaciones y cuando se acentúa el período de sequía que podría prolongarse. En las poblaciones ubicadas hacia la costa del Océano Pacifico, en países como Ecuador, Perú, Paraguay, Uruguay y el sur de Bolivia están bajo la intesidad de las lluvias que han originado inundaciones y deslizamientos.
¿En qué medida han disminuido las precipitaciones en el país?
Los años anteriores han sido calurosos, especialmente 2014, y esta semana la Organización Meteorológica Mundial emitió un nuevo informe, correspondiente a 2015, en el que indica que ese año fue más caluroso que 2014. El documento dice que el último quinquenio ha sido el más caluroso en el planeta. Esa situación deviene de los cambios producidos por el incremento de la sequía, y Venezuela no escapa a esa situación. Lo que ha pasado en el país desde 2013 hasta 2015 es que se ha presentado un marcado déficit de precipitaciones. Por ejemplo, el promedio de lluvias en el país va desde 4.000 a 400 mm. En varias zonas del norte del país se han registrado déficit cercano al 50% como en la región zuliana donde la disminución entre 2013 y 2015 fue de 45%; en la centro occidental 40%; en la región central 33%, en la oriental 43%; y en la insular 47%. Si comparas con los llanos centrales donde ha disminuido 30%; el sur 25%, los llanos centrales 17% y la región andina 10%. En Zulia, por lo general, hay una precipitación cercana de 500 y 600 milímetros y en 2013 cayeron 130 milímetros; en 2014 aumentó la precipitación a 400 milímetro, por debajo del promedio; en 2015 descendió a 200 milímetros. El marcado déficit ha provocado sequía y el tiempo de ese período puede prolongarse porque el país está sufriendo los efectos de los cambios climáticos mundiales. En algunas zonas de Táchira y Guárico hemos tenido pocas lluvias. Pero hay lugares del país que tienen sequía como el norte de Zulia, Falcón, Carabobo, Aragua, Vargas, Sucre y Nueva Esparta, Bolívar y Amazonas, especialmente en zonas cercanas al Río Negro y el Brazo de Casiquiare.
¿Qué tan fuerte ha sido esta sequía en comparación con otros períodos?
La sequía actual es similar a la que se experimentó entre los años 1972 y 1974. Entre 1972 y 1973 hubo presencia del fenómeno El Niño que tuvo consecuencias fuertes; pero la sequía continuó y no afectó solo al país, sino a otras naciones. Venezuela vivió otros períodos secos entre 1982 y 1983 donde el fenómeno tuvo consecuencias débiles. Entre 1997 y 1998 hubo una sequía fuerte muy parecida a la que estamos sintiendo hoy por las altas temperaturas con consecuencias fuertes. En cambio, entre 2009 y 2010 el evento climático fue débil pero con consecuencias fuerte. Ahora, si bien no se podría determinar las consecuencias de este período, el monitoreo nos indica que se incrementará la sequía.
¿Cuál es el pronóstico para los próximos meses?
En el trimestre marzo, abril y mayo, los modelos nos indican que podría haber un descenso paulatino del fenómeno El Niño. Cuando lleguemos al trimestre de junio, julio y agosto deberíamos tener condiciones normales. Ahora ¿qué pasa con las precipitaciones? El Niño no origina una ausencia total de las lluvias pero sí un déficit marcado; pero hay zonas, como Bolívar y Amazonas, donde ha lloviznado. Igual pasa en Caracas donde ha habido nubosidad en las partes alta y ha llovido. Pero esa lluvia que cae es poca. Nuestro pronóstico dice que para este semestre el déficit se sigue manteniendo; exceptuando zonas como Apure, Táchira, Mérida donde los modelos indican que tendrán valores cercano a lo normal. Probablemente, estas condiciones del fenómeno El Niño altere y retrase la temporada de lluvia, situación que ha ocurrido desde 2012,
¿Está planteado bombardear nubes para generar precipitaciones?
Venezuela ha estado también preparada para bombardear nubes, pero esas tecnologías no se han aplicado continuamente. Podemos decir que las veces en la que se han aplicado en los sitios específicos han sido efectiva porque llueve.
¿Por qué no se ha aplicado continuamente?
Porque en el país no tenemos las condiciones de sequía que tienen países como Cuba y Estados Unidos. Afortunadamente, el país tiene buenas lluvias, incluso cuando hay sequía. En el tiempo más seco y hayan condiciones favorables -por ejemplo que nubes convectivas de gran desarrollo que deben estar en una altura determinada y estén cerca de la cuenca- para garantizar que las nubes por medio de la siembra precipite 10 milímetros de agua se usará. Esa decisión de aplicarla la tomará el Gobierno pero como lo dijo el ministro de Ecosocialismo y Aguas, Ernesto Paiva, por ahora no está previsto. A lo mejor llegará el momento y se convierta en una actividad recurrente como sucede en Chile, Rusia, España e Israel.
¿Se preparó el Estado ante la presencia del fenómeno climático?
El Gobierno ha estado actuando desde hace rato. Nosotros hemos prevenido en la medida en que hemos informado a todo el país sobre los monitoreos que hacemos en Inameh. Ahora le hemos dado fuerte al tema de la concientización y a la importancia del ahorro del recurso hídrico. Hoy se manifiesta el fenómeno El Niño y los ciudadanos tienen duda sobre sí hemos actuado o no, pero, conscientemente, digo que sí, y el que diga lo contrario lo invito a que revise los informes sobre la evolución del fenómeno del organismo que hemos enviado a todos los niveles del Estado. En estados como Zulia y Falcón se ejecutaron acciones desde 2013 y hasta en lo que va de 2016 y en la Región Central aplicamos un plan especial en el embalse Lagartijo y en el oriente en Turimiqui y Clavellina. Yo llamó a la reflexión y a la investigación porque este problema es natural y ambiental que nos compete a todos y no se puede politizar.
2016-01-31