2001.com.ve|Con información de AFP
En la ciudad de Boa Vista, en Roraima, plazas y gimnasios se han convertido en el hogar de los miles de venezolanos que llegan a Brasil huyendo de los problemas que enfrenta Venezuela en lo político, económico y social.
Monica Becker, inmigrante venezolana : "Me duele lo que está pasando en mi país, Y yo sí quiero regresar, porque allá está mi mamá, mi hermanito. Yo me vine por lo que estaba explicando, no me daba el dinero y no quería que mis hijos murieron de hambre como ya están muriendo muchos hijos desnutridos"
Llegan en busca de empleo y una vida mejor, pero chocan con una dura realidad.
Rene Santos, inmigrante venezolano: "Hay muchos profesionales aquí en esta plaza, mucho! madre y padre de familia…que necesitamos la ayuda de la gente que tiene que defender los derechos humanos. Porque eso es un derecho humano universal que nosotros merecemos: derecho a la vida, derecho al trabajo"
En 2017 el flujo migratorio explotó y ocupó plazas, parques y esquinas de esta tranquila ciudad de 330.000 habitantes.
Las autoridades afirman que no tienen las condiciones para recibir a tantas personas.
Teresa Surita, alcaldesa de Boa Vista : “Tenemos cerca de 350.000 habitantes, y tenemos más de 40.000 venezolanos dentro de la ciudad. Imagine también que estamos a 200 km de la frontera y a 800 km de la ciudad más grande, que es Manaos. Las distancias en Brasil son muy grandes y llegamos a nuestro límite. No tenemos cómo dar asistencia a esa cantidad de gente”
La semana pasada el gobierno federal anunció un plan de redistribuición de los migrantes. El proceso debe comenzar en los próximos días.
2018-02-28