Redacción 2001
Los errores cometidos en los últimos años en materia de salud están clarísimos para el especialista y epidemiólogo José Félix Oletta. El exministro del sector, siendo un apasionado activista en defensa de los derechos de los pacientes, rechaza la pasividad que ha mantenido el Gobierno ante el deterioro del sistema.
¿Cómo se perfila 2018 en materia de salud? ¿Se pueden esperar avances?
Estamos en la peor circunstancia y capacidad de respuesta en el sistema de salud.
El pasado lunes, Maduro habló en cadena de aspectos propagandísticos, pero no se refirió a los puntos críticos. No habló de epidemias, ni de muertes maternas o infantiles. Habló del Carnet de la Patria para el acceso a medicamentos esenciales. Habló del programa de cirugía, con cifras fácilmente rebatibles, porque nadie cree que se hayan realizado 400 mil intervenciones cuando en septiembre había llegado a penas 100 mil.
Por otro lado, sabemos que hay un déficit inédito nunca antes visto de medicamentos de todo tipo y de insumos para la salud que incluye toda la tecnología para tender a pacientes ambulatorios, hospitalizados. El panorama es que no hay producción suficiente de los medicamentos. No hay producción nacional de vacunas, ni de insumos necesarios de tecnología como kits de diagnóstico.
Hay mil 200 medicamentos esenciales regulados desde 2003, se supone que la reglamentación sobre eso está vigente, el propio Gobierno está violando sus propias disposiciones porque medicamentos que costaban Bs 70 ahora pueden costar Bs 700 mil.
¿Quiénes fueron los privilegiados en poder traerlos? ¿A qué tipo de dólar lo importaron?
Se detuvo la importación de materia prima de productos elaborados desde hace varios meses, ni materiales como los consumibles para las computadoras diagnósticas. Eso lleva a una situación crítica.
¿Cuál es la situación de los pacientes crónicos ante estas carencias?
Se están muriendo porque la responsabilidad que tiene el Gobierno sobre la producción nacional no se cumple, los recursos no se están empleando para garantizar el ejercicio pleno de la salud.
La insulina es un ejemplo. Si se compara los viales importados en 2015 con 2017 representan el 9%. Esto ha llegado a situaciones extremas, pacientes que han sido rebotados de hasta cuatro hospitales y no han conseguido insulina, eso es inhumano.
¿Se están reconociendo y corrigiendo las fallas y distorsiones?
No. Lo grave es que la obligación de garantizar la salud la tiene el Poder Ejecutivo y debe ser regulado por el Poder Moral. Para ellos no existe violación del derecho, ni para el Tribunal de Justicia, ni para la nueva Fiscalía.
Esto supone responsabilidades a personas que no han cumplido ese mandato, y esa obligación intransferible comienza por el presidente de la República y el ministro de Salud que dice que ‘impedirá cualquier procedimiento para la ayuda humanitaria’, son los responsables de que los pacientes fallezcan por falta de los insumos.
Habrá que esperar que se les juzgue en organismos internacionales, porque en el país no hay poder que lo haga.
No puede ser que la responsabilidad del Estado sea transferida a Cáritas o a organismos de las Naciones Unidas. Lo que empeora todo es que no se reconoce y mientras más tiempo pasa más se agrava. Es una omisión consiente de una realidad y eso es extremadamente grave. Es inexcusable, ellos lo saben muy bien. Pero no es conveniente desde el aspecto político decir que fracasaron en el sistema salud.
¿Qué opina sobre las medicinas vía Clap por proceso casa por casa y sistemas como 0800-SaludYa?
El 0800-Salud es tercera vez que lo lanzan, y ahora es manejado con el Carnet de la Patria, así como las vacunas e incluso la asistencia médica, porque en la maternidad de los altos mirándonos también se les estaba exigiendo a las embarazadas para poder parir. Y ahora las historias clínicas, los alimentos.
Todos los ciudadanos tienen el derecho a la salud y no puede ser condicionado.
¿Se necesita el carnet para una historia clínica?
Eso es excluyente y discriminatorio. Lo que se ha anunciado es que habrá más restricciones al acceso y derecho a la salud. Las soluciones que están aportando para este año son más violatorias y más injustas. El sistema de salud es cada vez más inefectivo y llega a menos. Eso solo es aceptable en un régimen totalitario, no es aceptado a nivel del derecho humanitario internacional.
¿Cuál es la situación del sarampión y la difteria en el país?
El sarampión es una epidemia en desarrollo, actualmente hay un número de casos no determinados, pero hay no menos de 13 casos concentrados en la parroquia Sucre. Seis fueron confirmados por laboratorios y siete por nexo epidemiológico.
Cabe destacar que desde los años 90 no había casos en el área metropolitana. Tiene una connotación muy importante porque si hay casos en Caracas significa que la cobertura de vacunación está fallando.
Venezuela, según las cifras oficiales de 2016 de la OPS publicadas en 2017, para la aplicación de la primera dosis ocupa la posición 37 de 44 con una cobertura del 88%. Para la segunda, ocupa el puesto 37 de 40 países con un 53% de cobertura. En definitiva, no estamos cumpliendo con las metas globales establecidas por la OMS para la protección de la población y estimamos que para 2017 fueron aún más bajas. De los casos que se han identificado los muchachos no han sido vacunados o no han recibido la segunda, la mayoría son niños pequeños, pero hay pacientes entre los 12 y 13 años con sarampión.
Sobre la difteria, el número de entidades federales afectadas son más de 21. Había sospechas en Lara, pero el único sin casos confirmados es Falcón. Hay datos en un boletín de actualización que sacó la OPS que indica que las coberturas alcanzadas en 2017 para la enfermedad también son insuficientes, no llegaban al 67%.
Estimé que se produjeron cerca de mil casos desde abril de 2016 hasta diciembre de 2017. De estos 364 fueron en 2016 y el resto en 2017, la epidemia está activa y sigue sin ser controlada. El número de casos fallecidos no está claro, pero la OPS incluyó dos informes contradictorios, después lo corrigió y no hizo fe de errata, lo cual es muy malo, porque es lo ético y les resta credibilidad. En los informes se pasa 127 fallecidos a 47, sin explicación.
¿Se ha logrado detener a la malaria? ¿Qué pasa con el tratamiento?
No. Vamos a batir todos los record a nivel mundial. Es el país con mayor incremento de la mortalidad e incidencia, probablemente estamos en la misma categoría de países de situación compleja (Sudan del Sur, Nigeria, Yemen). Al punto que el país concentraba en el año 2015 el 32% de los casos de malaria en el territorio americano. En 2016 se elevó a 35% y en 2017 se elevó cerca de 40% de los casos de todo el continente.
En el caso de mortalidad estimábamos entre 150 y 200 casos para 2016, sin embargo, la OPS indicó en su informe mundial que estaba alrededor de los 300. Para 2017 pensamos que se duplicaron esos 150/200 casos en relación a la mortalidad.
En relación a incidencia los casos nuevos van a superar los 400 mil y solo en el estado Bolívar más de 300 mil. A esto hay que sumarle los casos no diagnosticados, los asintomáticos, las recaídas y la recrudescencia.
Si en Bolívar, Amazonas y Delta Amacuro hay sobre el 80% de los casos en el país, hay una extensión progresiva en no menos de 16 entidades federales. Se puede calcular que hay alrededor de 900 mil casos de malaria, con población vulnerable en más estados.
El problema no solo es en Venezuela, es que se está sembrando focos activos de malaria. Nos hemos transformado en los principales exportadores de malaria de Colombia, Brasil y Guyana, esto es una dimensión continental.
Desde septiembre y agosto de 2016 hay falla continua de tratamientos. El número de casos aumentó y se ha ido desarrollando una distorsión muy grande que es el mercado negro de medicamentos antimalaricos. Estas distorsiones de la puya de oro en Bolívar, el desarrollo de territorios dominados por pranes, todo el caso de la explotación minera ilegal ha contribuido a que se desarrollen canales de distribución ilícitos que generan que no se consigan los tratamientos y no se reciban completos.
Un tratamiento puede costar entre uno y dos millones de bolívares. Desde hace tres semanas no hay disponibilidad. Está ocurriendo en Bolívar, Sucre, Monagas, Delta Amacuro y Anzoátegui. Esto aumentará el número de complicaciones en los grupos vulnerables, vamos a batir record de muerte en niños y mujeres embarazadas por malaria. 11% de los niños afectados son menores de 9 años, alrededor de 40 mil de los casos. La estimación de mujeres embarazadas en riesgo es entre 3 mil 500 y 5 mil 500, una situación muy peligrosa para las mamás y los fetos.
¿La automedicación ha aumentado? ¿Es peligroso?
Posiblemente ha aumentado. Los costos y dificultades para el acceso a los medicamentos, la gente se inhiben a ir a una consulta porque no pueden pagarla o van a un hospital y no los atienden.
Eso es peligroso en el caso de fármacos reconocidos y cuando se trata de medicamentos herbolarios o naturistas, son todavía más peligrosos porque eso no tiene ningún control sanitario. Es una conducta inapropiada, totalmente no recomendable y riesgosa para el salud de las personas.
¿Es correcto que haya médicos que cobran en dólares? ¿Cuál es su opinión?
Pienso que hay una situación, una realidad muy compleja a nivel económico. Imagínate cuando un médico venezolano gana 6 dólares al mes ¿Cómo hace? Hay una situación de empobrecimiento colectivo, tendrán que ajustarse las tarifas en consecuencia de la pérdida de valor de la moneda, pero tiene que ser una situación armónica. Entiendo que algunos tomen esta medida, pero no estoy de acuerdo. Debe haber un mecanismo, un “justiprecio” que vaya acorde. Se obliga a que los actos profesionales de calidad que se prestan cuesten menos de un dólar y que el profesional tenga que hacer un esfuerzo de 100 horas para ganar lo que ganaba hacia 34 años.
Así como los medicamentos no pueden dolarizarse de la noche de la mañana, tampoco lo deben hacer las consultas. Además hay un principio natural del personal médico que es el principio de solidaridad.
¿Cómo ve la situación del éxodo de médicos en el país?
Está muy mal. Entre 14 mil y 20 mil médicos que se han ido a otros países. Un 80% de los que se gradúan no quieren quedarse en el país. Recuerdo que en 1986 el 80% de los médicos que se graduaban solo querían ejercer en Venezuela.
Estamos hablando de la generación de relevo y del capital humano valiosísimo que se está yendo, gente preparada, con competencias de calidad que no se pueden ser sustituidos por médicos comunitarios, que no tienen la experiencia ni los conocimientos.
2018-01-13