Dadniuska Aristigueta
Las recientes actuaciones de los funcionarios de las Fuerzas de Acciones Especiales (Faes) han sido muy cuestionadas en los últimos días pues en su afán de “atrapar” a delincuentes en varios casos han acabado con la vida de personas inocentes. Así lo han señalados los familiares de algunas del víctimas en medio de gritos de dolor desde la Morgue de Bello Monte en Caracas donde esperan pacientemente la entrega de los cuerpos de sus parientes.
El caso más reciente fue el que se llevó a cabo en las residencias Los Rusos de Ciudad Tiuna, parroquia El Valle, donde fueron dados de baja ocho presunto antisociales en una operativo realizado durante la madrugada del pasado sábado 8 de septiembre.
Una de las víctimas fue Jhonny Heriberto Blanco, de 37 años, a quien -según sus parientes- ajusticiaron dentro de su apartamento, ubicado en el piso 13 del bloque 33 y luego arrastraron su cuerpo hasta la planta baja para ser llevado al hospital de Coche.
Su esposa -quien está embarazada- y la hija menor de Blanco estaban con él en el momento cuando los efectivos ingresaron a la residencia. A las dos las sacaron de la vivienda y las ruletearon por largo rato, mientras los efectivos aprovecharon para ultimar a Jhonny y hacer destrozos en la casa, de acuerdo al testimonio familiar.
Parientes del fallecido denunciaron que los policías se llevaron su vehículo y el dinero que tenía guardado.
Relatos de “masacre”. Eili Martínez, allegada a una de las víctimas, manifestó que a su sobrino “lo masacraron. Él estaba durmiendo con su hija de 3 años y se la quitaron de los brazos. Él vendía café en El Valle (…) pedir justicia es difícil, porque no la dan. El Faes es un cuerpo policial que no sirve, no está ayudando al pueblo. Cada día hay más madres buscando los cuerpos de sus hijos inocentes aquí en la morgue”.
Otro familiar, quien pidió no ser identificado, también comentó que “iban de apartamento en apartamento, buscando a nuestros hijos para llevárselos”.
El la lista de los abatidos (término que usan las policías para referirse a quienes son dados de baja en enfrentamientos) figura Freddy Eduardo Bello Martínez, de 21 años, quien dormía con su hija cuando fue sorprendido por los funcionarios.
Según el relato de testigos, la menor fue entregada a la progenitora, luego las encerraron en una habitación donde la dama escuchó los disparos. Logró salir cuando se llevaban el cuerpo al hospital de Coche.
La cuñada de Bello relató que este tenía una semana ocupando el apartamento, pues le habían dicho que si no lo habitaba se lo iban a quitar. Anteriormente residía en el barrio San Andrés, de El Valle. Se dedicaba a vender café frente al centro comercial de la popular parroquia caraqueña.
Los policías lo señalaron de “secuestrador”. La denuncia de los familiares refiere que en el mismo apartamento de Freddy fue ejecutado su cuñado Deiver Daniel Caraballo, quien en agosto cumplió la mayoría de edad y en mayo de este año fue detenido en otro procedimiento policial. Afortunadamente, lo soltaron el mismo día. Pero ese 8 de septiembre no pasó lo mismo, al notar la presencia de los funcionarios, salió corriendo a la casa de Bello donde lo ultimaron.
A José Gregorio Pantoja, de 49 años, lo mataron junto a su amigo Iván Ramón Rojas Riera, de 36 años, quien llegó a la capital el viernes 7 de septiembre pues iba a comprar carne el sábado. Su esposa relató que el hombre decidió quedarse a dormir en la casa de Pantoja, ubicada en el piso tres del bloque 34, mientras ella se quedaba en la vivienda de su suegra. El sábado en la mañana recibió una llamada telefónica donde le notificaron que José Gregorio estaba muerto, pero que su esposo estaba con vida.
Cuando llegué al sitio me enteré que los mataron a los dos: una persona me comentó que hubo una masacre”. Comentó que la policía los señaló como azotes de la zona, implicados en el robo de vehículos.
Iván tenía varios puestos de repuestos de celulares, era padre de dos niños menores de edad y residía en Maracay.
Sin embargo, a pesar de los señalamientos de los testigos del operativo y allegados de las víctimas, versiones policiales señalaron que todos los abatidos se enfrentaron a la comisión y por esta razón terminaron sin vida. A los familiares les llama la atención que no hubo reportes de policías heridos.
Se conoció que en este despliegue participaron más de 500 efectivos, allanaron alrededor de ml 200 viviendas y fueron retenidas 240 personas quienes fueron verificadas a través del Sistema Integrado de Información Policial (Siipol).
Además según el parte policial, fueron detenidas otras 23 por estar implicados en diversos delitos. “Lo ocurrido allí fue una masacre”, sentencian familiares.
2018-09-15
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